Economia

y creo que lo he logrado en general»

Comparte el diagnóstico para salir de la crisis que hizo el Gobierno actual, pero cree que la dosis de medicina aplicada ha podido ser «excesiva» Pedro Solbes Exministro de Economía y ex comisario europeo

MADRID. Actualizado: Guardar
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Afirma no buscar la polémica, pero lo cierto es que su reciente libro de memorias ('Recuerdos', de la editorial Deusto) ha causado revuelo, sobre todo entre las filas socialistas por sus reproches a la gestión -«compartida», apunta- del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, Pedro Solbes, ministro de Economía en dos etapas (1993-1996 y 2004-2009) y, entre medias (1999-2004), comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, sostiene que solo es «fiel» a su «visión de la historia».

-Usted ha dicho que uno de sus principales errores fue volver a presentarse en las elecciones de 2008 pero... habrá otros, ¿no?

-Me quedé porque mi espíritu funcionarial me llevó a pensar que mi experiencia podía ser útil si el escenario se tornaba complicado. El problema es que luego las discrepancias entre el presidente y yo fueron en aumento. Es posible que hubiera tenido que ser más contundente al hablar con él de posibles medidas, pero entonces preferí el consenso.

-¿Más contundente en qué?

-Pues en hacer más cosas por volver al equilibrio fiscal, realizar reformas estructurales y preocuparnos por cuestiones de viabilidad a largo plazo como el sistema de pensiones.

-Parecen las recetas aplicadas estos años, ¿o difieren de las suyas?

-A ver, los problemas son los mismos, el diagnóstico casi idéntico y las recetas van en una dirección parecida. Pero también cuentan los tiempos, las formas de negociación y la cantidad de medicina... y ahí tenemos criterios distintos.

-¿Se ha atiborrado de medicamentos a una España enferma?

-Las dosis han podido ser excesivas, aunque mi principal crítica, compartida por otros economistas, es que si el PP decía que conocía la realidad económica y financiera del país, y que esta era claramente grave, no debía haber prometido las cosas que incluía su programa electoral en 2011 sabiendo que luego iba a hacer algo radicalmente diferente.

-¿Y cómo ve la economía?

-Todos los datos apuntan que ya hemos tocado fondo y el tema es cómo se va a producir la recuperación. Parece que va a ser lenta, si bien yo me alegraría de que fuera más rápido.

-¿Eso es posible sin crédito?

-Para que haya empleo falta crecimiento, y eso lo dan las empresas que, a su vez, necesitan financiación. Esa ecuación está por resolver.

-Volvamos a su etapa. Ha insinuado que no tomaron medidas antes por la cercanía de los comicios de 2008. ¿Es que también ustedes pudieron 'engañar' al electorado?

-Si se ha interpretado así, ha sido un error mío. Es verdad que las elecciones nos plantearon un cierto 'impasse' en algunas decisiones como, por ejemplo, la reforma de las cajas de ahorros. Pero lo que quería decir es que ni los indicadores macroeconómicos ni los informes europeos apuntaban la proximidad de una crisis, y mucho menos de una forma tan severa como luego resultó. Eso es lo que me llevó a afirmar entonces que no veía que podía llegar una crisis tan tremenda como decían otros, sino más bien una desaceleración de la economía española y una cierta complejidad en su situación.

-Lo cierto es que visto lo que pasó con ustedes y luego con el PP, la gente tiene la sensación de que no se les cuenta la verdad.

-Yo he intentado siempre no mentir... y creo que lo he logrado en términos generales. Equivocarme seguro que lo he hecho. Lo que es cierto, gobierne quien gobierne, es que siempre hay un desfase entre lo que nos dan las cifras macroeconómicas y la percepción de los ciudadanos. La gente ve solo su problema, no la situación global, y es comprensible.

-Quizás porque, en la práctica, no ven por ningún lado eso de que el modelo económico ha cambiado.

-Es cierto que hemos dependido excesivamente de la construcción, viviendas e infraestructura. Y a eso ayudó mucho la financiación exterior fácil que recibimos con la entrada en el euro. Ahora bien, algunas cosas han cambiado: más educación, más tecnología, más inversión en otro tipo de cosas, más internacionalización. Creo que algo hemos avanzado, aunque no lo deseable.

-Eso de los ciclos de la economía que tanto apuntaba usted cuando era ministro, ¿en qué ha quedado?

-Los ciclos existen. Lo que pasa es que nunca sabes en qué momento del mismo te encuentras exactamente, o incluso si te has pasado alguno. Nosotros nos saltamos un ciclo con la entrada en el euro, evitando así la caída que hubo en Europa, y quizá años después lo hemos acusado.

-Más allá de si le entregó un plan alternativo o no a Rodríguez Zapatero, algunos le tachan de ventajista por sacar ese tema ahora.

-Je,je, je (se ríe tímidamente). Yo no tenía intención de escribir este libro. Hace tres años firme un contrato para escribir unas memorias que expiraba a los tres años. No me dio tiempo antes y por eso se presenta ahora. Solo quiero contar las cosas como las vi, sin intereses políticos.

-Volviendo a su «arrepentimiento» anterior, ¿recibió presiones para continuar como ministro?

-Sí las tuve, muchas y de distinto signo, aunque lo que más influyó fue mi convencimiento de que se podría malinterpretar que me marchara entonces. Mi idea inicial siempre fue irme tras la primera legislatura.