Sociedad

La relación entre la fotografía y el territorio, en La Kursala

La muestra 'Ouroboro. Códice para un hilo circular' es el resultado del proyecto de la última residencia de artistas de La Fragua

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Desde hace al menos 3.000 años, el ouroboros o uróboros simboliza la naturaleza cíclica de las cosas, el retorno, el renacimiento de aquello que nunca desaparece, sólo cambia eternamente. Desde hace unos meses 'Ouroboro' sirvo de título e idea para un completo proyecto artístico que incluye convivencia, exposición y libro. Hasta el 8 de enero la casa que le da cobijo es la Kursala, la sala de muestras de la Universidad de Cádiz cuyo programa de exposiciones de fotografía contemporánea está comisariado por Jesús Micó.

El origen de 'Ouroboro. Códice para un hilo circular' de Bside Books se remonta seis meses atrás y es fruto de un intenso trabajo asociativo. Bside, el colectivo bajo el que se agrupa, ha propuesto una experiencia creativa en la cual, «el acto de caminar, conocer y reconocerse han sido las bases del trabajo de autoría colaborativa y compartida» desarrollado desde que se encontraron durante tres semanas en la residencia de artistas La Fragua (Belalcázar, Córdoba) para iniciar este proyecto que debía indagar sobre la cuestión de la fotografía y el territorio. Ése es el punto número 1 de su decálogo de acción: Una troupe de siete autores y fotógrafos que (casi) no se conocen entre ellos se reúnen tres semanas en un convento de clausura a 40 grados de temperatura a la sombra para realizar un proyecto-libro del que compartirán autoría.

Construir para volver

Ellos mismos se definen en la página web del trabajo. Así, Gerard Boyer, es un «calero simpático, muy arraigado a lo suyo y un perenne observador». Juanan Requena, es considerado un todoterreno, «bicheando hasta la madrugada en el laboratorio y viviendo de lo que cualquier camino da». A David Flores se le conoce como el punky del grupo, «el que está en todos los fregaos, siempre de aquí para allá, rápido como ninguno. Pilar Barrionuevo, la dama, «siempre con la vista fuera, la tiralíneas que nunca falla». Marcos Isabel, de «corazón caliente, ojo crítico y siempre dispuesto a revolver una y otra vez el mismo camino». Ignasi López, «el afable» y Carlos Albalá, dispuesto y alerta, «replegándose siempre, saltando tapias y caminando todavía por similares vaivenes». Su unión esconde un lema que bien podría servir de objetivo de la experiencia: «construye el lugar al que quisieras volver».

Las tres semanas de convivencia, de trabajo individual aunque consensuado por cada uno de los miembros del equipo de residentes, en busca de la idea sobre el territorio y su relación o canalización con la fotografía, dieron para mucho más que un taller. Fotografías, textos, collages, intervención en espacio público, performance, vídeo y multimedia surgieron de esas relaciones. Ya entonces los artistas montaron una exposición con la tarea, 'Derivas y topogramas' y desde ayer puede verse en la Kursala otra muestra, la que da origen a otro de sus famosos y reconocidos 'Cuadernos'. Esos catálogos que hace unos meses despertaron el interés del Centro de Arte Reina Sofía para que esté a disposición de investigadores del arte contemporáneo español y público en general.

El libro 'Códice para un hilo circular' propone, según sus coautores, un juego que consiste en buscarse y perderse para volverse a encontrar o no. Un viaje a través de un códice actual de correspondencias serendípicas o una pieza, que intenta trasladar la idea de utopía, al territorio de compartieron durante la residencia en La Fragua. Este catálogo se va a llevar a cabo gracias al crowdfunding.

Todo el proyecto ha sido ideado y co-editado por Bside Books, creado por Carlos Albalá & Ignasi López en 2011.