Una mujer búlgara recoge fresas en un invernadero de Palos de la Frontera (Huelva). :: AFP
ANDALUCÍA

Los recortes liquidan el fondo de ayuda a los inmigrantes

La partida para acogida, integración y refuerzo educativo queda bajo mínimos tras retirar el Gobierno central su dotación

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Los recortes han acabado con la ayuda a la acogida, integración y el refuerzo educativo de los inmigrantes, que se recogía en un fondo denominado FAIREA. Era un instrumento asentado, que el Gobierno central puso en marcha en 2005 y que funcionaba por convenio del Ministerio de Trabajo, las autonomías y los ayuntamientos. Su primera dotación en Andalucía fue de 13 millones de euros y al año siguiente ascendió a 20 millones. La aportación nacional desapareció en los presupuestos de 2012 y la Junta la suplió en 2012 y 2013 con una partida propia de 1,4 millones. Este año le ha tocado una vuelta de tuerca más y se ha quedado en una línea de subvenciones a los ayuntamientos que lo soliciten para proyectos concretos.

El consejero de Justicia e Interior, Emilio de Llera, se queja de que «el Gobierno ha retirado todo el fondo, no se hace cargo del problema y abandona a los inmigrantes. Nos toca asumirlo en solitario a las comunidades autónomas». Añade a su queja la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes, que también Andalucía ha mantenido, y los recortes que Madrid realiza en materia de control de fronteras. De Llera resalta el esfuerzo de su área por mantener esta atención a los inmigrantes, pese a soportar un recorte global del 6% en su dotación presupuestaria.

Según los datos del Observatorio Permanente de la Inmigración (OPAM), la población inmigrante no ha abandonado masivamente Andalucía como se supone a consecuencia de la crisis, sino que incluso resisten mejor de lo previsto y se ha invertido la merma de ocupación sufrida. En buena parte se explica porque han aceptado empleos en peores condiciones.

El padrón de extranjeros lo corrobora: el número de éstos en Andalucía se mantiene y en 2013, a falta de un trimestre, ascendía a 724.181 personas, sobre 747.110 el año anterior. En 2001 eran 164.145 personas.

El consejero De Llera afirma que el éxodo de los inmigrantes en otras «comunidades del PP» se da tanto hacia sus países de origen como hacia Andalucía, que se ha convertido en una tierra «más cálida» por sus políticas sociales.

En cualquier caso, no hay problemas de xenofobia y así se confirma en el barómetro del OPAM, que concluye que a pesar de la crisis se mantiene la buena imagen de los inmigrantes entre los andaluces y «la voluntad de unos y otros para mezclarse y sobreponerse juntos a las adversidades generadas por el mal estado de la economía».

De Llera trabaja ahora en el III Plan Integral de Inmigración, que se va a centrar en la gestión de la diversidad: «Ya hay inmigrantes de segunda generación y queremos tanto que conozcan y cumplan nuestro ordenamiento jurídico como que se respete su identidad».