Momento en el que los alcaldes del PP rodean el coche de Díaz. :: J. S. A.
ESPAÑA

Un grupo de alcaldes populares zarandea el coche de la presidenta de Andalucía

La Policía interceptó al vicepresidente de la Diputación de Málaga tras varios intentos de acercarse a Susana Díaz

MÁLAGA. Actualizado: Guardar
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Alcaldes y concejales del PP de Málaga zarandearon ayer el coche de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Regidores y ediles populares, que tanto han criticado los escraches cuando los han sufrido dirigentes de su partido, acudieron al hotel NH, en el que estaba alojada Díaz, con la intención de hablar con ella para reclamarle el pago de 16,7 millones que el Gobierno andaluz adeuda a los pueblos de menos de 25.000 habitantes. En su intento de ver a Díaz, incluso preguntaron en la recepción del hotel cuál era la habitación que ocupaba la presidenta.

El incidente cobró un tono más grave cuando los cargos populares obstaculizaron la salida del aparcamiento del establecimiento hotelero del coche en el que iba Susana Díaz camino del Museo Picasso de Málaga para asistir al acto de celebración del décimo aniversario fundacional de edificio museístico. Provistos con una pancarta y gritando consignas contra la Junta, los alcaldes y concejales increparon a Díaz y zarandearon el vehículo. Los artífices del escrache habían estado encerrados desde el jueves en la Delegación del Gobierno andaluz en Málaga en protesta por el retraso en el pago de los 16,7 millones citados. Horas después, el encierro fue abandonado sin que se hubiese conseguido el objetivo con el que se convocó.

El segundo capítulo de este incidente tuvo como escenario el Museo Picasso. En esta ocasión, el protagonista fue el vicepresidente cuarto de la Diputación y vicesecretario del PP de Málaga, Francisco Oblaré, que se empeñó en entregarle una carta en mano a la presidenta Díaz. No tuvo éxito. Primero, trató de hacerlo dentro del auditorio del museo, pero el consejero de Cultura, Luciano Alonso, ejerció de escudo y le dijo que no era ni momento ni lugar. Oblaré, que acudió al acto en representación de la Diputación, no se dio por vencido. De nuevo lo intento cuando la presidenta salió del auditorio. En esta ocasión, fueron los escoltas de Díaz los que lo frenaron en un forcejeo sin más consecuencias que la de ofrecer una imagen inapropiada para un acto institucional del calado del de la celebración de los diez años del Museo Picasso Málaga. Ante su insistencia, miembros de la Policía Autonómica procedieron a su identificación.

El PSOE-A anunció ayer que pedirá explicaciones oficiales al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, por un hecho que califican de «acoso intolerable» y pidió la dimisión de todos los cargos públicos que participaron en el escrache.