Apuntes

Es el momento de volver al origen

Los principales sindicatos necesitan retirar de sus filas a todos aquellos que han olvidado para qué existen realmente estas organizaciones

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Para los trabajadores, los sindicatos siempre fueron los buenos de la película. Durante años, eran aquellos lugares a los que recurrir cuando la situaciones laborales se empezaban a poner complicadas. Eran mirados con buenos ojos, hicieron grandes cosas y los ciudadanos confiaban ciegamente en ellos. Pero ahora las cosas han cambiado.

Es cierto que no se puede meter a todo el mundo en el mismo saco, pero también es verdad que, visto lo visto, es complicado volver a creer en unas organizaciones que han dejado de lado su función principal y se han dejado llevar por la avaricia. Estas conclusiones se avalan en el número de afiliados que se han dado de baja de los grandes sindicatos del país. Desde 2008, año en el que la crisis se hizo totalmente realidad y dejo de ser un mal momento pasajero, CC OO y UGT han perdido 5.000 asociados. Y todo esto, en una época en el que los trabajadores y desempleados necesitan más que nunca una referencia, una guía que les lleve por este complicado proceso, que les ayude a no perder su empleo y a recuperarlo en muchos otros casos. A esta situación de descrédito no ha contribuido que los sindicatos sobrevivan gracias a generosas subvenciones públicas, la mala gestión de la formación a parados o la liberación de delegados. Menos aún las últimas regularizaciones de empleo llevadas a cabo en CC OO y UGT, poniendo en práctica una reforma laboral estatal contra la que han convocado huelgas generales que como consecuencia han tenido mínimo respaldo social. A todo esto se unen los recientes procesos judiciales en los que se están viendo envueltos los líderes sindicales de ambas formaciones en Andalucía y más concretamente en Cádiz, donde el secretario general del UGT-Cádiz parece estar vinculado a la 'operación Heracles', uno de los casos de corrupción más deleznables de los últimos tiempos.

La cuestión es que es necesario volver a empezar. Los sindicatos deben quitarse de encima a los que un día olvidaron cuál era su función y volver a su origen, para ser una solución y no otro problema para los ciudadanos.