PAN Y CIRCO

Sensatez, dinero y 'pamplineo'

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Más allá de las pamplinas que se llevan escuchando desde que Gaucci puso pie en Cádiz, lo único cierto es que el equipo amarillo –una patata caliente desde que volviera a bajar hace cuatro temporadas– va ganándose a la afición, que el italiano no se ha ido pese a la cantidad de veces que lo han venido anunciando y que –¡no hay que ser muy brillante para coscarse!– Sinergy no tiene un duro. Por eso, estaba más que cantado que esos 450.000 euros que faltan por finiquitar el traspaso de las acciones no iban a ser pagados en su momento, el pasado 31 de agosto. Y que tampoco se retratarían el 10 de septiembre , una vez pasado el tiempo de carencia que contemplaba el contrato.Pero de la misma forma, y más allá de las pamplinas que se vienen escuchando desde las pasadas navidades, era obvio que Sinergy iba a pedir un aplazamiento para pagar el último de los plazos. Y claro, ante esto, es de sentido común intuir que, a cambio, Muñoz pedirá unos intereses por el tiempo que Sinergy le haga esperar. Es lógico que haya predisposición a entenderse en ambas partes. Por un lado, Sinergy, que después de haberse dejado ya un dinero en su nueva empresa iba a hacer todo lo posible por seguir avanzando con su proyecto. Y por otro, Muñoz, que después de haber conseguido un comprador no pensará meterse en otro lío de compraventa con el siguiente postor que se le presente.

Por todo ello, más allá de filtraciones, ‘exclusivas’, conversaciones en Roche y demás chascarrillos, lo único que ocurre aquí es una cosa. A un señor (A) le debe otro señor (B) un dinero después de haberle pagado ya una cantidad importante. Las conversaciones siguen siendo cordiales entre A y B. A comprende las complicaciones de B puesto que ya ha pasado por donde está A. B demuestra ganas por reflotar la empresa que A dejó como un solar. B no tiene otra que creer a A y desearle éxitos para cobrar. Y cuando se pueda, lo hará. Así de simple.