Apuntes

Una burla hacia los votantes

La alcaldesa de Sanlúcar, simplemente, dice que prefiere marcharse y hacer otra cosa. Ni siquiera se molesta en dar una excusa, sólo que le apetece más dirigir el partido

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Será difícil pero alguien tendrá que explicarlo. Probablemente le tocará intentarlo al próximo candidato (o candidata, que suelen decir los socialistas como si el término no agrupase a los dos géneros). Será esa persona aún por determinar, la que el PSOE elija como aspirante a la Alcaldía de Sanlúcar, la que tenga que explicar por qué Irene García se bajó del barco entre Bajo de Guía y Doñana, a mitad de trayecto, sin molestarse en dar una excusa, sin hacer el paripé, porque prefería dedicarse a otra cosa. La alcaldesa de Sanlúcar sorprendió ayer al asegurar que deja el bastón de mando para trabajar por su partido. Al hacerlo, deja entrever que hay más, o mejor, trabajo en su formación que en la ciudad (una de las más importantes de Andalucía por historia, ubicación estratégica y población). Le aburre Sanlúcar o le divierte más su partido, donde sólo tiene que someterse a la opinión de sus compañeros de carné que están por debajo de ella en jerarquía, puesto que es la secretaria general. Ha tenido que elegir, dice, y se queda con el PSOE. Abandona a todos los ciudadanos que la eligieron y a los que no, porque les representa a todos, en una ciudad con enormes problemas de desempleo, sociales, educativos e incluso de inseguridad. No hay faena, o es demasiada, o no le apetece. El partido está antes. Y la portavocía de la Diputación Provincial. Esa es la primera y mayor conclusión que puede extraerse de su gesto. Ese que tendrá que explicar el próximo candidato socialista a la Alcaldía de Sanlúcar. El PSOE ya ha perdido feudos municipales impensables y con actitudes como esta, burlas hacia los votantes que ejercieron su derecho hace sólo dos años, parece que llevan camino de perder muchos más dentro de otros dos.