Hugh Hefner se desnuda

Se ha pasado la vida desnudando beldades. Pero Hugh Hefner, patrón de Playboy, jamás desnudó plenamente su intimidad. Ahora que decae el emporio alzado sobre el sensual atractivo de sus explosivas conejitas, lo hace a lo grande. El octogenario cruzado por la liberación sexual, a quien la cruzada puritana quiso mandar al infierno, cuenta con pelos y señales cómo fraguó el milagro de su revista erótica. Lo hace en una extensa y lujuriosa edición de más de 3.500 páginas en seis volúmenes, cientos de imágenes inéditas y una 'reliquia' de su legendario pijama.

Taschen publica dos versiones de la picante autobiografía de Hefner. La de lujo cuesta 1.000 euros. Son 1.500 ejemplares numerados, firmados y empaquetados en un cofre de plexiglás. Incluye un pequeño retazo del pijama de seda de 'Hef', un facsímil del primer número de Playboy, con el rompedor desnudo de Marilyn Monroe, 59 de los desplegables más calientes a tamaño natural, y las 312 portadas de sus primeros 25 años. La edición popular, un único volumen de 700 páginas y 99 euros, narra la carrera de Hefner desde sus días como dibujante de cómics hasta el éxito espectacular de Playboy en los años 50.

'Hugh Hefner's Playboy' se centra en la época dorada de la revista, entre 1953 y 1979. Se remonta a los orígines del emporio y acaba en los años de oro que forjaron el tópico del Hefner con batín púrpura, rodeado de voluptuosas conejitas dirigiendo su imperio desde la gigantesca cama de la mansión Playboy de Chicago.

En el 60 aniversario de la revista, incluye textos de los grandes escritores como Gore Vidal, Norman Mailer, Ian Fleming, Jack Kerouac y Ray Bradbury y entrevistas históricas. Elude los momentos más duros que la han colocado al borde del abismo en la era internet.

Hefner abrió sus archivos, con miles de explosivas fotos, caricaturas y correspondencia. Firma un largo texto autobiográfico centrado en su juventud, desde sus inicios como dibujante satírico, sus muchas novias y su asombroso. Muchas de las fotos son inéditas, con escenas entre bambalinas de la suntuosa mansión Playboy, los clubes de la franquicia y el jet privado 'Big Bunny' en el que soñaron con volar millones de varones.