La tasa de actividad La prima de riesgo La evolución del crédito

Otoño clave para salir de la recesión

El Gobierno, al calor del mejor clima financiero internacional, se ha empeñado en restaurar el crédito para propiciar un descenso del paro

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El equipo económico del Gobierno reemprende la actividad la próxima semana en la confíanza de que España salga de la recesión en los últimos meses del año. La relativa tranquilidad del mercado de deuda le lleva a esperar que los graves problemas de financiación no se repitan. Pero es previsible el rebrote del paro en la recta final del ejercicio, las entidades financieras no están para dar crédito y se mantienen por ahora los claroscuros en el escenario internacional.

Con todo, el panorama nada tiene que ver con la 'vuelta al cole' que doce meses atrás protagonizó el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Analistas y agentes económicos reconocen ahora un clima más favorable. Al margen de la existencia o no de brotes verdes, lo evidente es que, frente a la expectativa de rescate del otoño de 2012 , la prima de riesgo de España se encuentra por estas fechas a menos de la mitad de sus valores máximos. Es opinión generalizada que la crisis de la deuda soberana europea ha dejado atrás su fase más aguda. Ni episodios de inestabilidad política como los de Italia y Portugal, ni el resurgir del fantasma griego en forma de tercer rescate, han alterado este nuevo equilibrio.

No es el ideal, ni mucho menos. Pagar por financiarse un 'sobrecoste' superior a los 250 puntos básicos cuando se comparte una divisa común es un asunto grave, pero el verdadero drama reside en las fuertes restricciones que padecen las pequeñas y medianas empresas, que son la base de la creación de empleo en España. Cuando obtienen crédito pagan un coste medio del 5,5% por obtener un millón, frente a las grandes compañías, para las que el tipo de interés en las operaciones que realizan, lógicamente más cuantiosas, ronda el 2,7%. En la eurozona, el promedio está en el 2,25% y el 3,9%, por no hablar de Alemania, donde se cifra en el 1,8% y el 2,9%, respectivamente.

Para acortar estas brechas, y desde el convencimiento de que la banca española no está para hacer favores, al menos mientras no culmine su saneamiento, una de las principales tareas a abordar por el Gobierno español, en colaboración con la UE, consiste en buscar vías alternativas para financiar a las pymes. Por este camino se intentará regenerar el tejido productivo, destruido en gran parte tras la crisis del ladrillo, y reducir paulatinamente la tasa de desempleo. Las proyecciones del Ejecutivo dan por cierto que la cuota de parados seguirá al menos tres años en el entorno o por encima del 25%. La tasa de desempleo estimada para el ejercicio que viene es del 26,7%, apenas cuatro décimas menos del 27,1% proyectado para este año. Aunque el ministro de Economía ha adelantado que se quedará por debajo de ese porcentaje.

De cara al cierre de 2013, una de las grandes incógnitas es si se cumplirá la estimación del Gobierno, repetida por los ministros de Hacienda y de Economía, de que el segundo trimestre del actual ejercicio será el último de caída del PIB. En ese período la actividad se contrajo un 0,1%.

Está por ver si la economía española registrará ya crecimiento en el tercer trimestre, arrastrada por los buenos resultados de la actividad en los grandes países europeos, sobre todo Francia y Alemania, destino del 26,5% de las exportaciones españolas, o si habrá un estancamiento que retrase al cierre del año las ansiadas tasas positivas.

En el último trimestre de 2013 las circunstancias jugarán a favor de que se produzca un repunte: los empleados públicos recuperarán la paga extra de Navidad que perdieron el año anterior, lo que con toda seguridad animará el consumo. Además, en términos interanuales cualquier comparativa se realizará con un final de 2012 nefasto.

Pese a las eventuales alegrías que puedan llegar en la recta última del año, el Gobierno espera que en el conjunto de 2013 la actividad caiga un 1,3% respecto de 2012. Para 2014 estima una mejora del 0,5%, insuficiente según los expertos para crear empleo neto aún con la dura reforma laboral acometida.

En el mercado de trabajo, los analistas sugieren que el empeoramiento del empleo en el otoño puede ser en esta ocasión más acusado. A la incorporación de los jóvenes que han concluido su formación se sumará el fin de las contrataciones temporales del turismo, que este verano ha experimentado gran impulso.

Las proyecciones sugieren que 2014 será otro año difícil para las familias españolas, en el que los datos macroeconómicos positivos serán casi imperceptibles para una mayoría de hogares. Sus rentas estarán influidas por la negativa evolución del mercado laboral, la pérdida de valor de los inmuebles -principal patrimonio doméstico- y queda la duda de la evolución de los mercados. En una economía globalizada, será esencial el ritmo en que se produzca la retirada de estímulos en Estados Unidos y el que imponga la Unión Europea a la unión bancaria y otros proyectos.