Apuntes

Necesaria coordinación

El sector turístico reclama diálogo entre las administraciones para la consecución de un bien común: que la ciudad de Cádiz no cierre los lunes

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

No es baladí la petición que surge desde el sector turístico, cuando advierten que la capital se queda sin atractivos turísticos los lunes porque ese día coincide con la jornada de descanso de la mayoría de los monumentos de la ciudad. Es cierto, como apunta la representante de Guías Turísticas de Cádiz, que el impacto en el visitante es menor que cuando los cierres se producían en domingo. En esa jornada, además, hay que añadir que las tiendas y muchos establecimientos hosteleros echan la baraja; por lo que quedaban pocas cosas que hacer además de pasear. Pero no se puede perder ni una oportunidad de vender la capital gaditana como un destino que va más allá del sol y la playa. Esta ciudad esconde entre sus muros importantes recursos turísticos que deben ser promocionados, no sólo a través de campañas institucionales y el esfuerzo de la iniciativa privada, sino también por uno de los vehículos más potentes de difusión: el boca a boca. Para ello, cada turista que llegue a Cádiz debe abandonar este rincón de historia milenaria con la recomendación debajo del brazo y el deseo de regresar entre los recuerdos que compre en alguno de sus comercios.

Los trabajadores de los museos están elevando propuestas a la Junta para que los horarios de cierre puedan ser rotatorios y evitar que en un mismo día todos los espacios cuelguen el cartel por descanso del personal. Los profesionales del sector tienen claro que han de remar con el mismo sentido y reclaman una mayor coordinación entre las administraciones que gestionan recursos turísticos para que eviten dejar a Cádiz casi sin oferta los lunes. Sirva de ejemplo lo que ocurrirá mañana, cuando miles de cruceristas lleguen al puerto gaditano y, al tocar tierra, no puedan disfrutar de gran parte de la oferta cultural de la capital. Esos potenciales emisarios de las bondades de Cádiz se marcharán sin tener ni la alternativa de conocer los grandes tesoros de la ciudad. Al final, la ciudad vuelve a estar en manos del diálogo y de la búsqueda de un bien común.