Sociedad

Chaves Nogales, audacia de altos vuelos

El rescate de 'La vuelta a Europa en avión' coincide con un documental sobre el cronista de entreguerras

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Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897- Londres, 1944) fue «un gigante entre gigantes». Así definió Miguel García Posada a uno de los puntales del periodismo español del siglo XX, excepcional cronista, memorable entrevistador y dueño de una independencia de criterio y finura de análisis que pagó con la proscripción y el exilio. Cuando la inmediatez de los medios no era ni un sueño, Chaves Nogales se movía por el mundo con la agilidad de la anguila, los ojos del águila y la pericia del zorro para contar cuanto veía. Y vio mucho, del ascenso de los soviets y el nazismo a la fratricida guerra española y la devastación de Europa, este avisado y audaz reportero, contemporáneo de Tintín sin bombachos ni tupé que, al contrario del ágrafo personaje de Hergé, escribió miles de páginas.

Revalorizado y estudiado a fondo en las dos últimas décadas, a la reedición de su obra periodística se suma 'La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja', que no se reimprimía desde 1929 y que llega al lector en una portentosa edición de Libros del Asteroide. Coincide con el estreno del 'El hombre que estaba allí', documental sobre Chaves Nogales que firman Luis Felipe Torrente y Daniel Suberviola. «Es el mejor periodista español del siglo XX», resume Jorge Martínez Reverte en un corto en el que suma su testimonio a los de Antonio Muñoz Molina -«En una época en con todo el mundo cegado por las ideologías, era independiente, recto, bondadoso e inteligente»- o Andrés Trapiello -«Sorprende que una vida tan corta hiciera y viera tanto que nadie veía»-.

En su libro-reportaje Chaves Nogales recoge y amplía sus crónicas para Heraldo de Madrid, diario del que fue redactor jefe, escritas en un largo viaje de 16.000 kilómetros por buena parte de Europa y Rusia en 1928. Anticipa el talante de quien será uno de los más brillantes periodistas de su tiempo, que en los albores de la aviación comercial ofrece a sus lectores una perspectiva moderna, inédita y original de Europa desde el aire. También es rompedora la inmediatez y la agilidad de unas crónicas que retratan a sociedades como la de la República de Weimar o la rusa de los soviets.

El subtítulo, 'Un pequeño burgués en la Rusia roja', se justifica en que más de la mitad del volumen está dedicado a su periplo ruso y a la descripción de las condiciones de vida bajo el régimen soviético. La cuidada edición incluye imágenes de las crónicas originales en Heraldo de Madrid y un desplegable de Europa con el itinerario del viaje del ilustrador David Cauquil.

Sus reportajes para los mejores periódicos de la época lo convirtieron en una firma estelar. En 1931 era director de Ahora, diario afín a Manuel Azaña de quien Chaves era partidario. Al servicio de la República tras el estallido de la guerra, trabajó como periodista hasta que el Gobierno abandonó Madrid. «Cualquiera de los dos bandos me habría fusilado», aseguraba este dotado escritor y periodista, muerto en el exilio y a quien Félix de Azúa señala también como «uno de los mejores escritores españoles del siglo XX».

En París le sorprendió la invasión de los nazis, descrita de forma magistral en 'La agonía de Francia' (1941). Huye a Londres, refugio de perdedores como Luis Cernuda o Arturo Barea, donde murió con 47 años. Había colaborado con los grandes diarios europeos, contribuido al resurgimiento de la agencia 'Havas' o trabajado para la BBC, «siempre como un ejemplar ciudadano y sin plegarse jamás al fanatismo», según el desaparecido crítico García Posada.

Pionero del periodismo de acción, fue Chaves Nogales corresponsal de guerra, testigo directo de unos trágicos acontecimientos de los que informó «sin que le obcecara la propaganda falaz», según García Posada, y concediéndose «el capricho de no ser totalitario», según destaca Félix de Azúa.

Entrevistó a las figuras más destacadas de su tiempo, de Abdelkrim al «ridículo, grotesco e impresentable» Goebbels, pasando por Churchill, El Negus, Maurice Chevalier, Charles Chaplin o Juan Belmonte, de quien escribió una biografía canónica. Su crudo testimonio de denuncia de las atrocidades de ambos bandos durante la guerra es 'A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España', un relato del desastre a la altura de Max Aub, Ramón J. Sender o Franciso Ayala que acaba de editar Renacimiento completándolo con dos nuevas historias.

«Condenó el cainismo aunque se quedara casi solo en la hora más oscura, cuando los vencedores le proscribieron», dijo García Posada.