Juan Carlos Carrasco, en la generosa bodega del establecimiento. :: J. M.
GASTRONOMÍA

La novedad jerezana de Juan Carlos

La propuesta gastronómica gira en torno a los platos típicos de la comarca, con toques personales del chef

JEREZ. Actualizado: Guardar
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A sus 47 años, Juan Carlos Carrasco Benítez es uno de los cocineros de más prestigio en Jerez. La crisis le dio de lleno y prefirió dar un vuelco a sus negocios. Dejó hace unos meses El Gallo Azul, ha cerrado también Casa Juan Carlos, su restaurante de cabecera, con el objetivo de darle un cambio de imagen y orientarlo a una oferta de tapeo y ahora reaparece con fuerza en unas espectaculares instalaciones situadas en las afueras de Jerez, en la vía que une la carretera de Arcos, ya casi llegando a la autovía, con la carretera de Cortes, en lo que antes se conocía como Mesón El Coto, aunque lo que hay allí ahora no tiene nada que ver y la imagen se ha renovado por completo.

Acaba de abrir, hace apenas tres semanas. Juan Carlos Carrasco llegó hace unos meses a un acuerdo con su amigo el empresario Santiago Flores, el propietario de la finca, para gestionar las nuevas instalaciones que este ha construido y en las que ha invertido más de 600.000 euros. Flores ha encargado a Juan Carlos que se haga con la gerencia del establecimiento y la dirección gastronómica del mismo. El espacio es espectacular. Tras superar los muros de la finca, en los que se puede leer en grandes proporciones las palabras Juan Carlos junto a la figura de un cocinero, aparece un aparcamiento con capacidad para 120 vehículos. A la izquierda está la finca, de una sola planta. Lo primero que se ve es una terraza la aire libre y detrás, separado por amplias cristaleras, uno de los comedores. El ambiente es rústico, pero renovado. El color beige de las paredes contrasta con el gris de las sillas. Lo primero que encuentra el cliente es un bar de tapas con una amplia barra, desde la que se ve la cocina con una amplia cristalera, y mesas altas para tapear. Llama la atención la bodega, acristalada y a la vista del público. En sitio preferente jereces viejos, por los que Carrasco siente especial devoción.

A la derecha, tres comedores de restaurante y a la izquierda todo lo relacionado con celebraciones. El espacio para bodas, bautizos y eventos, una de los campos en los que trabaja habitualmente Juan Carlos Carrasco, tiene capacidad para 200 personas a lo que se une un patio que puede albergar hasta 500, las posibilidades, por tanto, son muy amplias. De hecho, ya tienen un buen ramillete de comuniones en estos días.

Carta de tapas y restaurante

La idea es abarcar todas las posibilidades, indica Juan Carlos Carrasco. Hay dos cartas diferentes, una para la zona de tapas, que también incluye la terraza exterior y otra de restaurante. Se han cuidado mucho los precios, especialmente en el comedor donde la gran mayoría de las propuestas no llegan a los diez euros; hay posibilidades, en muchos casos de pedir medias raciones y los platos más caro son un solomillo con foie a la plancha o unos langostinos de Sanlúcar que se cotizan a 18 euros.

La carta de bar y la de restaurante tienen ofertas similares, aunque la de restaurante es más amplia. Para tapear la oferta gira en su mayoría en torno a las medias raciones y platos para compartir. Hay un arroz y un guiso del día. Están los clásicos de la zona como las cabrillas en tomate al estilo de Medina o la cola de toro. No faltan las croquetas del puchero con las que el cocinero triunfaba en Casa Juan Carlos o adaptaciones de tapas con las que triunfaba en El Gallo Azul, donde consiguió numerosos premios en rutas de tapas. Así está el último de los galardones conseguido por el cocinero, un salteado de alcachofas, tanto en la versión que logró el premio como en una nueva con crema de boletus y puntillitas al oloroso. Originales también las tortillitas de camarones que se presentan en tiras crujientes «porque así son más fáciles de comer» señala el cocinero. En la barra se ofrecen también unas albóndigas de chocos y 'sartenes' unos salteados y revueltos bastante originales y que van desde uno de lagartillo ibérico con habitas y pimientos del piquillo a otro de pollo al curry. No falta la versión de Juan Carlos de los huevos a la flamenca o las setas, uno de los campos donde triunfa el cocinero. En este caso se ofrece un 'ragú' de setas de temporada.

Originalidad

Las setas también están en otro de sus clásicos, guisadas con carne de venado. El último apartado de las tapas se reserva, precisamente a las creaciones más originales del cocinero, algunas de ellas con premios. Así hay una lasaña de boquerones con verduras asadas, un milhojas de foie con manzana verde y queso de cabra o un atún al amontillado viejo con setas y crema de patatas montadas.

En el restaurante destaca un amplio apartado de arroces. Este se abre con un puchero con sus avíos y arroz y sigue con un arroz de carabineros y setas y otro cremoso con setas de temporada. Lo hay también con almejas y pulpo y con conejo al ajillo, en uno de los platos de caza de la casa, otra de las especialidades de la casa.