Obama impulsa a México para frenar a China y Brasil

Barack Obama concluyó su visita oficial de 20 horas a México con un encuentro con estudiantes y jóvenes emprendedores en el que alabó la nueva cooperación bilateral. El presidente de EE UU ofreció «respeto mutuo», pidió superar «estereotipos» porque «un nuevo México está emergiendo» y «está tomando el lugar que le corresponde en el escenario mundial».

En un discurso para 800 jóvenes reunidos en el emblemático Museo de Antropología, Obama afirmó que «es el momento de poner viejas mentalidades a un lado» y «romper antiguos estereotipos». El mensaje estaba destinado a sus conciudadanos, quienes, dijo, sólo ven el México «que se plasma en titulares sensacionalistas de violencia y cruces fronterizos». El mandatario añadió que para mejorar el conocimiento de la región impulsará que 10.000 estadounidenses puedan estudiar en América Latina.

Las declaraciones de colaboración y entendimiento abundaron también durante su encuentro de la víspera con su anfitrión, Enrique Peña Nieto, quien asumió su mandato días antes de que el jefe de la Casa Blanca jurara su segundo y último periodo en el cargo. Para Obama es el cuarto viaje desde 2009.

Ambos acordaron profundizar las relaciones comerciales y mantener la colaboración en la lucha contra el narcotráfico. Obama confirmó el apoyo sin atender a la estrategia aplicada contra la delincuencia, aunque subrayó el enfoque de Peña Nieto de priorizar la reducción de la violencia.

Además de las declaraciones de buenas intenciones, anunciaron el establecimiento de un diálogo económico de alto nivel que integrarán funcionarios de ambos gobiernos, para impulsar la fuerza comercial de la región de América del Norte. Según algunos analistas, uno de los objetivos de Obama es potenciar el liderazgo mexicano para frenar el de China en el campo económico y el que Brasil -más independiente y amigo de naciones 'incomodas'- ha alcanzado tanto en lo económico como en lo político en los últimos años.

Tanto ante Peña Nieto como con los estudiantes, Barack Obama confió en que el Congreso apruebe la prometida reforma migratoria. La esperan ansiosos cerca de 12 millones de indocumentados, de los que más de la mitad son de origen mexicano.