La investigación policial por el vídeo sexual difundido en internet acaba con tres imputados

Las redes sociales han vuelto a ser el escenario del escándalo. Esta vez unos jóvenes gaditanos son los protagonistas de un vídeo de contenido sexual que fue colgado en Tuenti y saltó a Twitter a la velocidad del rayo. Una relación íntima entre dos menores, en presencia de al menos otros dos y grabada en la playa de Cortadura, fue vista y las imágenes compartidas por centenares de internautas que entre todos hicieron que en la noche del pasado martes, el tema se convirtiera en uno de los asuntos más tratados a nivel nacional en Twitter. Una etiqueta (hashtag) con una mención muy explícita de lo que se podía ver en el citado vídeo, grabado con teléfono móvil, hizo el resto para que las redes sociales sociales estallaran; divididas entre los que hacían bromas y los que alertaban de que la joven que aparecía es menor. Hasta media docena de adolescentes fueron citados ayer en sede policial para que prestaran declaración. Esta mañana, tras los interrogatorios, tres de los doce jóvenes llamados a declarar han sido imputados en la investigación por el vídeo sexual difundido en internet. Además, uno de ellos ha confesado haber sido el que ha colgado el vídeo sexual en las redes sociales. Por el momento, los tres imputados pasarán mañana a disposición de la Fiscalía de menores.

Ya en la noche del 2 al 3 de abril, y como esta misma tarde ha confirmado en un comunicado la Policía, desde la cuenta oficial del Cuerpo Nacional se avisó que el archivo ya estaba en poder de la Brigada de Investigación Tecnológica. Al mismo tiempo, en la Comisaría de Cádiz se recibía la denuncia de la familia de la menor, que tiene 16 años, por la difusión de unas imágenes sin su consentimiento. La chica, que se encuentra destrozada, comparecería por la mañana en sede policial para ratificar lo denunciado y responder a las preguntas de las funcionarias policiales del Servicio de Atención Familiar (SAF) que se han hecho cargo de la investigación.

Terminada esa primera declaración, una dotación de la Policía Nacional se trasladaba al IES Drago donde cursa estudios en primero de Bachillerato uno de los jóvenes que aparecen en las imágenes y que a través de su cuenta de Twitter se reconoció como la persona que sujetaba el pelo a la menor mientras practicaba sexo con otro chico. Si bien, a través de esta red social negó haber colgado el vídeo en internet.

Allí le comunicaron que existía una denuncia y que debía comparecer en Comisaría para ser interrogado. Finalmente, los arrestados, tras ser oídos en declaración, fueron puestos en libertad con la obligación de comparecer ante la Fiscalía de Menores cuando sean requeridos.

La tarea que tienen ante sí las agentes del SAF es compleja porque la relación sexual entre menores fue consentida y algunos de los jóvenes que prestaron declaración ayer defendieron que la chica era consciente de que estaba siendo grabada. De ahí que al cierre de esta edición, media docena de adolescentes seguían en Comisaría y los funcionarios policiales trataban de identificar quien había colgado el vídeo, ya que se trataría de un atentado contra el honor de la adolescente, a la que habrían violado su intimidad.

Otras fuentes judiciales consultadas por este periódico afirmaron que la mera distribución de unas imágenes de contenido sexual de menores es ya un delito, como el que castiga la tenencia y compartir pornografía infantil a través de la Red. Tal y como hoy deja claro en su comunicado la Policía que relata que «durante la jornada posterior a la difusión del vídeo en Internet, agentes de la Brigada de Investigación tecnológica trabajaron contrarreloj para retirar el vídeo de las numerosas páginas web en las que se encontraba alojado, a pesar de que la mayoría de ellas estaban ubicadas en el extranjero y, por tanto, no dependían de las leyes españolas. Esta intensa labor permitió que la mayor parte de los enlaces fueran desactivados. A pesar de ello, es importante tener en cuenta que una vez introducido cualquier contenido en Internet, es extraordinariamente difícil retirarlo».

La distribución de este vídeo es un delito tipificado en nuestro ordenamiento jurídico. Debido a que multitud de personas lo han compartido y “colgado” en diferentes servidores, se esta realizando un seguimiento para identificar y detener a aquellas personas que han llevado a cabo estas prácticas con conocimiento de causa.

Escarnio público

La otra vertiente de este caso y quizás más importante es el análisis de cómo se llega a esta situación: una grabación sexual entre menores, que se expone a la vista de todos y que en muchos casos, como se puede leer en decenas de perfiles de twitter, no produjo rechazo sino sorna. Algunos internautas llegaron incluso a identificar a la joven, señalando cuál era su cuenta, en qué colegio de Cádiz estudia. En la red social tuenti, donde la presencia de adolescente es masiva, se cruzaron mensajes con el teléfono móvil de la chica, identificando además a una hermana de 13 años, a la que también algunos le brindaron comentarios muy poco afortunados. Un escarnio público y gratuito que también enfureció a otros tantos internautas, que censuraron la difusión de las imágenes y se dirigieron a algunos de sus protagonistas a través de sus perfiles para reprocharles su actitud.

Reglamento

En el ámbito educativo, en función del régimen sancionador que tenga cada centro, estos jóvenes podrían enfrentarse a algún tipo de sanción. El último reglamento de Secundaria aprobado permite castigar a los que utilicen la Red para perjudicar a compañeros o profesores aunque no sea en horario escolar. En este caso, la chica y el resto de personas que aparecen en el vídeo pertenecen a centros educativos distintos; de ahí que tendrían que tener un trato por separado. Sin embargo, como explica el director del IES Columela, Francisco Vaca, en su instituto se ha llegado a analizar y sancionar conductas reprochables que se desarrollaron fuera del centro. Si bien, en este caso en concreto, Vaca desconoce si podía tener un encaje específico al tratarse de alumnos procedentes de centros diferentes.