«Si repetimos mandato afrotaremos el cambio de la Carrera Oficial con coherencia»

Llegó, aprendió (cómo él mismo recuerda) y ahora acaba su mandato. Martín José García llega este año al fin de su presidencia del Consejo de Hermandades. Un tiempo con aciertos y errores que el todavía presidente repasa mientras sopesa si revalidar en su cargo.

-En principio, su última semana santa como presidente, ¿qué balance hace del tiempo transcurrido?

-No soy yo el mas indicado para ello, pero si puedo decirle que me siento muy satisfecho del trabajo realizado por el equipo de personas que conforman la junta permanente, y han trabajado conmigo estos años. Son un equipo de primera y de ellos es el mérito de lo conseguido no mío.

-¿Cual cree que ha sido los logros de su permanente?

-En lo personal me quedo con la unidad, la concordia y el entendimiento conseguido en estos años, pues ciertamente cuando llegamos al Consejo, las aguas estaban algo revueltas , pero ahora todo es armonía, ilusión y ganas de trabajar en beneficio de las hermandades. Los plenos y las comisiones creadas en cada caso, son ahora verdaderas mesas de trabajo, donde impera el respeto y el dialogo, aportando cada uno lo mejor de si mismo, en bien del colectivo.

Creo, sinceramente, que como gestores o administradores hemos cumplidos, pues, y volviendo a las Sagradas Enseñanzas, somos hombres de Iglesia y nuestra referencia debe ser en todo momento el Evangelio. Con toda humildad, podemos decir que «se nos entregaron unos talentos y no los hemos enterrado, sino que hemos tratado en el tiempo de nuestro mandato de multiplicarnos y devolverlos acrecentados, poniendo todo nuestro empeño y nuestras cualidades en ello».

-¿Y los errores o puntos débiles?

-Mas que de errores, quizás debamos hablar de temas pendientes o asuntos que requieren de un estudio profundo para adecuarlo a la realidad actual, como por ejemplo, la formación en el Consejo, pues con la caridad, que es otra razón del ser cofrade, no tenemos problemas. Pero sobre la formación a cargo del Consejo, quizás debamos pensarnos como poder cumplir esta encomienda, de otro lado importantísima. De la mano de nuestros directores espirituales, y juntos los hermanos mayores y la permanente, hemos de abordar esta faceta para que no se quede en unas simples conferencias o charlas organizadas por nosotros.

-¿Repetirá?

-Me hace mucha ilusión, pues quedan muchas cuestiones e ideas pendientes. Sin embargo, soy un convencido a ultranza de que todo proyecto precisa de un equipo competente y comprometido, ahora lo mas importante para mi es llegar a conformar este grupo de personas validas y que estén dispuestas, conmigo, a prestar un buen servicio a las hermandades sin ningún afán de protagonismo ni notoriedad. Aunque las bases las tenemos con los consejeros actuales, que en su mayoría seguirían conmigo. En cualquier caso la decisión final la comunicare en su momento, y en primer lugar a los hermanos mayores, como debe ser.

-Después de las distintos roces , ¿cómo valora el apoyo del Ayuntamiento a la Semana Santa?

-Muy positivo, pues no es solo en el tema de las subvenciones, sino en otros muchos aspectos. Nuestro Ayuntamiento siempre ha respondido positivamente en todo cuanto le hemos planteado, dentro de sus posibilidades, y las relaciones con los ediles son muy fluidas, mostrándose siempre dispuestos a cuanto le pedimos. Quiero en este punto destacar la ayuda y colaboración de la Fundación de Cultura y de la Policía Local.

-En estos tiempos de crisis es cuando las cofradías necesitan más las subvenciones, ¿cómo puede hacer una hermandad para no depender de ella?

-Las subvenciones son precisas y necesarias, y se conceden como una contraprestación al beneficio que las hermandades tanto en la Semana Santa como en otros actos y eventos reportan a la ciudad y a su economía. Dicho esto, sí, hemos de ingeniárnosla para buscar otras fuentes de ingresos. Hemos demostrado que somos capaces y podemos, es cuestión de trabajo e iniciativa. En nuestra legislatura, conseguimos financiar, pese a la crisis, sin costarle un solo euro a las hermandades, eventos tan importantes como la Magna, con un presupuesto que ronda los cien mil euros. En este sentido, proyectos como el museo cofrade puede ser muy importantes.

-¿Es el cambio de la Carrera Oficial una asignatura pendiente?

-Si, y si repetimos mandato, la afrontaremos con realismo y coherencia.

-Y el museo cofrade, ¿cómo se puede dotar de contenido un espacio en el que poner de acuerdo a tantas hermandades?

-Merece la pena, de verdad. Se trata de una exposición permanente y de un espacio logístico y adecuado para no solo poner en valor nuestro patrimonio cultural acumulado, sino ademas para conservarlo adecuadamente y darlo a conocer. Con ello se logra unos ingresos beneficiosos y necesarios para todos y dotar a las hermandades de un espacio común, donde posibilitar una serie de actividades permanentes o cíclicas, como pueden ser salas de actos, conferencias, ejercicios, audiovisuales, instalación de una escuela o curso cofrade, y otras muchas.

-Antes de que acabe su mandato, queda el año de la fe, ¿qué se sabe del rosario y el resto de actividades?

-Se sigue trabajando en su llevada a cabo y, tras la Semana Santa se reanudan las reuniones de la comisión, y tanto el Rosario publico como los demás actos complementarios serán una realidad. Ha de tenerse en cuenta que las actividades relativas al Año de la Fe, siguiendo las directrices de 'Porta Fidei'. No son como los actos del Bicentenario, más digamos vistosos o externos, léase magna o exposiciones, sino actividades de recogimiento y meditación, y nos han de servir para renovar nuestra fe, no para expresarla públicamente en la calle, que también con el Rosario publico, pero no fundamentalmente.