Una cruz de plata desde un antiguo obispado burgalés

La presencia del Papa Francisco ha sorprendido por la sencillez en su atuendo y sus complementos. Entre estos últimos destaca el pectoral de plata que lució en la plaza de San Pedro y que el excardenal argentino lleva desde 1992. En ese año, Juan Pablo II lo nombró obispo de Auca y germen del actual diócesis de Burgos, en España. El motivo reside en una claúsula del Derecho Canónigo en el que no puede haber un obispo sin diócesis. En el caso de los obispos auxiliares, se les concede una diócesis histórica. Y, desde entonces, le acompaña esa cruz de plata.