La presidenta de la corte responde a los periodistas. Abajo, imagen de la ficha policial de Dutroux en 1996. :: EFE / AFP
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La Justicia belga deniega la libertad condicional a Dutroux

Los jueces coinciden con el testimonio de la madre del pederasta y subrayan su falta de perspectivas para reinsertarse

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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El Tribunal de Aplicación de Penas de Bruselas rechazó ayer conceder la libertad condicional a Marc Dutroux, el asesino pederasta que aterrorizó al país a mediados de los noventa. Siguiendo el criterio de la Fiscalía y la cárcel donde cumple una condena de 30 años, los jueces denegaron al «enemigo público número uno» de Bélgica la posibilidad de purgar el resto de la pena en su domicilio con un brazalete electrónico. Los magistrados estimaron que no existe ninguna perspectiva de que el criminal, que mató a cuatro niñas y secuestró a otras dos, pueda «reinsertarse socialmente». Poco antes de que se conociera la decisión, la madre de Dutroux alertó de que reincidiría si se le permitía volver a la calle.

El asesino pederasta, de 56 años, presentó a principios de mes una solicitud para obtener la libertad condicional. Entonces, Dutroux revivió una de las peores pesadillas del país al comparecer en persona ante el tribunal. La vista se desarrolló con unas medidas de seguridad extremas para evitar cualquier intento de fuga o agresión al criminal. Ayer, los jueces se pronunciaron en un ambiente más calmado. El propio condenado escuchó la resolución desde la prisión de Nivelles, ubicada al sur de Bruselas. Como se esperaba, los magistrados rechazaron frontalmente la concesión del régimen con brazalete electrónico. Debían analizar varios supuestos, pero no se cumplían los requisitos ni en el primero de ellos.

La legislación belga establece que el aspirante a la libertad condicional supervisada debe presentar un plan para su reinserción en la sociedad. Consciente de que nadie le daría un trabajo, Dutroux proponía convertirse en autónomo y dedicarse a la fontanería o la reparación de coches. Según la prensa local, un artista de Amberes le había planteado que viviera en su casa, pero luego se retractó. Ante la falta de concreción, los jueces remarcaron que el criminal carecía de «perspectivas» de reintegración. En su decisión, ni siquiera analizaron otras cuestiones como el riesgo de contacto con las víctimas o la posibilidad de que reincida. La exmujer y cómplice de Dutroux, Michelle Martin, accedió el año pasado a un régimen de semilibertad y vive en un convento.

Sin «sentido» de la realidad

Jeannine, la madre del asesino, rompió su silencio horas antes de que el tribunal rechazara su excarcelación. En una entrevista con la revista 'Le Soir', la mujer admitió sus temores a que volviera sobre sus pasos. «Estoy segura de que empezaría de nuevo. No tiene ningún sentido de la realidad», lamentó convencida de que «no está preparado para la libertad».

Aunque puso en duda que reincida como pedófilo, la antigua maestra insistió en que retomaría su carrera como delincuente. Las seis niñas víctimas de Dutroux, que tenían entre 8 y 19 años, fueron encerradas en varias casas que compró gracias a sus réditos como traficante y ladrón de coches. El criminal también liquidó a uno de sus colaboradores.

El testimonio de la madre no fue el único que atrajo la atención de los belgas ayer. Un guarda anónimo de la prisión de Nivelles contó que Dutroux es el preso «más rico» del complejo. Al parecer, habría amasado grandes cantidades invirtiendo en Bolsa a través de uno de sus hijos. El funcionario explicó que sigue «casi obsesivamente» la evolución de las acciones y que oculta el dinero para librarse de las indemnizaciones. El abogado del pederasta tachó de «delirio» estas informaciones y lamentó las convulsiones mediáticas que ha generado la petición de libertad condicional de su defendido.