La banderita

A calzador. Sin prisa pero sin pausa, a los púberes les están metiendo a la fuerza la bandera tricolor republicana para protestar, para reivindicarse. La bandera nacional constitucional, roja y gualda, valedora de derechos y libertades, ha desaparecido de toda manifestación de izquierdas que se precie. Es curioso, ni por equivocación aparece una. ¿Quién habrá dado la orden (que todos cumplen a rajatabla)? ¿Los mismos que dan carnés de demócratas, insultan, intentan pegar al representante de todos los ciudadanos malagueños?

Qué gran verdad es que la izquierda española (que no la social-democracia que disfrutan en el resto de Europa) se siente incómoda en democracia. No puede aguantar que una parte de la sociedad no piense como ellos, y ante la desesperación de la derrota han pasado de leyes sectarias a dar palos, a cercar sedes, a mitificar la historia reciente, uno de los mayores engaños históricos de la Europa occidental. Como hacían al auspicio de la bandera tricolor, esa sí, recuerdo de sangre, dolor y división.