El 26% de los gaditanos que piden comida a las asociaciones solidarias ya llega malnutrido

El temor de una familia a la falta real de alimentos, al hambre, es difícil de medir. El pesar de alguien que viva sólo y tenga que saltarse varias comidas por no poder comprar apenas deja rastros. Sólo cuando los colectivos solidarios les atienden, como última línea contra la miseria, es posible acercarse a una realidad que crece sin cesar y aún así es difícil de observar. Vive encerrada en pisos llenos de neveras vacías o en comedores sociales que la gente prefiere evitar con la mirada cuando pasa por la puerta. No vaya a ser que dé mala suerte y haya que terminar entrando.

Pero un acto protagonizado por Cruz Roja Española, Cáritas Diocesana y Banco de Alimentos sirvió ayer para volver a escribir los números del fracaso social y colectivo. Cada vez son más altos. Los que piden ayuda cada vez son más aunque, en el rigor con el que se manejaron, matizaron que las cantidades de comida repartida son menores y que las donaciones crecen a una velocidad sorprendente. Como ejemplo, la pasada Navidad el Banco de Alimentos puso en marcha dos campañas, llamadas 'Operación Kilo' y 'La Gran Recogida'. Esperaba, en la mejor de las previsiones, obtener 60 toneladas para repartir entre las familias sin ningún recurso, muchas enfrentadas diariamente al hambre. «Acabamos con más de 200 toneladas», recordó el responsable de esta institución, Mateo Sánchez. Hasta fue necesario alquilar nuevas naves para poder conservar lo recabado.

Pero el creciente compromiso de los ciudadanos -que cada vez ayudan más, «asustados» por la situación- contrasta con otras cifras que desalientan.

Concepción García, presidenta provincial de Cruz Roja, admitió que el 40% de paro que se ha alcanzado en la provincia, más el desgaste económico acumulado por las familias y personas que ya cayeron en el desempleo hace años provoca una situación «que da miedo. En esta situación, aumenta la vulnerabilidad de mucha gente». Para poner más dígitos a esa sensación, aportó espontáneamente un dato desconocido hasta ahora: El 26% de los que acuden a pedir alimentos a Cruz Roja ya llegan malnutridos a pedir ayuda.

Los especialistas consideran malnutrición a una dieta que no incluye, al menos, proteínas tres veces por semana. Es decir, la cuarta parte de las casi 33.000 personas que acudió a esta institución a pedir alimentos no había ingerido este tipo de nutriente fundamental (presente en cualquier tipo o derivado de carnes, pescados, huevos y leche, sobre todo) frecuentemente en los meses previos a su petición.

Ese dato (parcial por referirse sólo a uno de los tres colectivos participantes) supone que unas 8.000 personas estarían malnutridas entre los que piden auxilio, únicamente, a Cruz Roja.

El número de toneladas de alimentos distribuidos en el último año (1.064 toneladas) bajó respecto al de 2011 pero, sin embargo, hubo que distribuir esa cantidad entre más personas. De los 24.600 solicitantes de 2011 se pasó a los 32.763 en 2012 (aún provisionales).

Concepción García también destacó el esfuerzo que realiza Cruz Roja en abastecer de productos de primera necesidad a cada vez más familias, pero no hablaba de alimentos: «Cada vez son más necesarios los que denominamos kits de higiene». Se trata de pañales y gel de baño, por ejemplo, que «son productos imprescindibles» que cada vez más familias dejan de comprar por falta de ingresos. Cuando ya no queda, primero es para el pan y, si llega, para jabón. Hay que elegir. Cruz Roja advirtió ayer que cada vez hay más residentes en la provincia que deben ordenar estas trágicas prioridades.