Manuel Tallafé estrena esta noche en la Lechera su espectáculo 'Como un boomerang'. Después se irá a Madrid para grabar un sketch para los Goya. :: F. JIMÉNEZ
Sociedad

«Sueño con hacer de psicópata»

El intérprete gaditano estrena en la Lechera 'Como un boomerang', un espectáculo de música y humor en el que cuenta las anécdotas más curiosas de su vida Manuel Tallaféé Actor

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Le encanta que le consideren un secundario de lujo porque para Manuel Tallafé, un gaditano de Santa María (1963), hacer lo que le gusta, interpretar, es ya un privilegio. Encima le ha servido para trabajar con los grandes del cine español y para granjearse a una legión de amigos. En su tierra tiene muchos, por eso, coincidiendo además con la víspera del inicio de otra de sus pasiones, el Carnaval, el actor de 'El día de la Bestia', '800 balas', 'Balada triste de trompeta', 'Camera Café' y la última de Álex de la Iglesia, 'Las brujas de Zugarramurdi' ofrece el estreno mundial de 'Como un boomerang'. En el espectáculo canta y, sobre todo, cuenta. Después se marchará a Madrid para grabar un sketch para la gala de los Goya.

- ¿El título del espectáculo es porque ha vuelto a casa para presentarlo?

-Siempre digo que la frase del boomerang está equivocada. Yo soy el boomerang que lanzó un hijo puta cavernícola y no me ha recogido todavía.

- En él cuenta sus vivencias, ¿por ese ejercicio sano de reírse de uno mismo?

-Pues sí, para reírse de uno mismo y para retener esas vivencias. Algunas de ellas las cuento y la gente no se las cree, pero son de verdad. Este espectáculo surgió en una sobremesa con Álex de la Iglesia. Mis amigos siempre me están reclamando para que cuente mis anécdotas. En una de esas tardes, después de tres horas hablando, tomé conciencia de que podía hacer un espectáculo. Lo llevo pensando nueve o diez años pero este verano, en Cádiz, encontré el sosiego para prepararlo.

- Cuando se dio cuenta de que tenía una vida para contar, ¿qué resumen hizo?

-Que tengo historias para hacer cuatro espectáculos. De hecho, estoy seleccionándolas todavía porque la parte musical la tengo cerrada, pero lo de las historias lo tengo que controlar porque si no me extiendo más de tres horas. Mi premio es hacer disfrutar al público.

- ¿Qué piensa, que ha tenido suerte en la vida?

-Suerte por poder hacer lo que me gusta. Esta profesión es de luces y sombras, hay muchos momentos buenos pero también tiene otros en los que tienes que aguantar tu propia vela. He tenido también la suerte de tener amigos que han creído en mí. Es profesión es muy voluble, depende de muchos factores, por eso este espectáculo, para tener independencia profesional y emocional. Para que las cosas dependan de mí y de mi energía, no de la del móvil esperando a que me llamen para hacer un trabajo.

- ¿Se considera, y perdón por el palabro, un muso de Álex de la Iglesia?

-Más que un muso soy una mus espumosa con la que Álex juega a su antojo. Es un gran amigo, en el que río y lloro. Me siento un privilegiado de poder contar con él como persona y de que él cuente conmigo profesionalmente.

- Y usted, ¿se vale de ellas?

-Las musas son fundamentales porque se agarran a lo que la vida le regala, para bien o para mal. Normalmente cantan al amor y al desencanto pero, por favor, que no falten nunca.

- ¿Cuál es el papel más raro que ha encarnado?

-De los más extraños, el último, en 'Las brujas de Zugarramurdi', de Álex de la Iglesia. Me paso todo el día secuestrado y aunque no tiene mucho texto, me cuesta...

- ¿Contenerse?

-Sí, sí, eso. Álex me propuso hacer un papel de cadáver en 'Los crímenes de Oxford'. Yo por entonces estaba con otros proyectos y finalmente me dijo que no. «Mejor no Manuel, que aunque seas un muerto yo sé que vas a levantar la cabeza y vas a hablar».

- ¿Con qué papel sueña?

-Sueño con hacer de psicópata, una mala persona. Tengo muchos por ahí y esto es lo bueno de esta profesión, que mientras tengas motivaciones y retos por delante te va a hacer muy feliz.

- ¿Le importa que le etiqueten como un secundario de lujo?

-Me considero una persona que se sitúa en un status de lujo simplemente porque hago lo que me gusta. Soy un privilegiado.

- Cuando haga un espectáculo como éste dentro de 20 años, ¿cómo le gustaría que le recordara el público?

-Me gustaría que me recordara como una persona que disfrutó con su trabajo y que repartió buen rollo. Es lo más importante de hacer una película, que cuando se cierre te queden amigos.

- Por cierto, ¿cómo ha cambiado el Carnaval desde Los borrachos?

-Hay cosas que evolucionan y otras no. A mí me gusta lo primero porque considero que el riesgo es fundamental para aportar frescura e innovación. Por la salud del Carnaval debe de ser así.