Iñaki Urdangarin. :: REUTERS
ESPAÑA

Urdangarin, un peligroso lastre para la Corona

La fase final de la instrucción deparará nuevas acusaciones de blanqueo y fraude a la Seguridad Social

MADRID. Actualizado: Guardar
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En la Zarzuela lo saben desde hace más de un año. Todos los intentos por mejorar la imagen de don Juan Carlos y de la Casa Real se van a ver cuanto menos lastrados por el 'caso Nóos'. Un sumario que, lejos de amainar, va a arrojar en los próximos meses nuevos datos que afianzarán las acusaciones contra Iñaki Urdangarin.

El otrora yerno modélico del Rey es una peligrosa espada de Damocles que pende sobre la imagen de la Corona. En el palacio de la Zarzuela saben que el problema, ni mucho menos, ha terminado. Todas las fuentes consultadas dan por seguro que, antes de que acabe el año, el duque de Palma estará imputado por fraude a la Seguridad Social, por la contratación de falsos trabajadores para rebajar las cuotas de sus empresas y por el blanqueo en el extranjero del dinero público que desvió a sus empresas privadas. Nuevas acusaciones que se sumarán a las ya existentes de malversación, fraude a la Administración, falsedad documental y prevaricación.

Aguardan tiempos convulsos en el 'caso Nóos' y todas las novedades serán negativas. En breve, quizás este mismo enero, el juez del caso, José Castro, decidirá si admite la petición de la Fiscalía de imponer una fianza de 8,1 millones de euros a Urdangarin y su exsocio, Diego Torres. Una caución que obligaría al matrimonio Urdangarin-Borbón a desprenderse de buena parte de su patrimonio para hacer frente al pago.

En breve también las autoridades de Suiza y Luxemburgo responderán a las comisiones rogatorias sobre el dinero que tiene el duque en el extranjero. La Agencia Tributaria, a su vez, ultima un informe «demoledor», según fuentes del caso, sobre el capital supuestamente defraudado por el duque.

Todas y cada una de esas diligencias supondrán un nuevo desgaste, pero nada comparable a la ya segura imagen de ver al marido de una infanta de España sentando en el banquillo de los acusados a finales de 2013 o, quizás, en 2014.