Malos humos

Para una cosa positiva que nos ocurre no quiero que pase desapercibida. ¿Se acuerdan de lo que dio que hablar la ley antitabaco? ¿Se acuerdan de aquellos cabezotas que se negaban a dejar de fumar en lugares públicos y centros de trabajo? Pues bien, ya han pasado dos años de la entrada en vigor de la famosa ley y, que yo sepa, no se ha producido el cataclismo económico que algunos anunciaban.

Más bien todo lo contrario, yo creo que bares y restaurantes han ganado clientes y es una gran satisfacción saber que la Seguridad Social los ha perdido.

Se estima que hasta un millón de personas han dejado de fumar tras dos años de ley antitabaco, y el cumplimento de dicha ley se calcula que está entre un 95 y un 99%. De modo que el balance es muy positivo y todos debemos felicitarnos.

Con esta ley se ha corregido una flagrante injusticia con aquellas personas que, deseando preservar su salud, no podían hacerlo si querían acudir a un lugar público, o con aquellos trabajadores que, en sus puestos de trabajo, tenían que soportar los malos humos de sus desconsiderados compañeros. De la ley antitabaco solo hay que lamentar una cosa: que no se haya promulgado antes.