Economia

La ampliación del Banco Popular se aprueba con un descuento del 31,6% para el accionista

El presidente Ángel Ron reclama medidas que impulsen el crecimiento y un pacto político sobre las «líneas rojas» del Estado del bienestar

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La Junta de Accionistas del Banco Popular aprobó ayer con el 99,8% de los votos la ampliación de capital de 2.500 millones de euros propuesta por el Consejo de Administración para hacer frente a los requerimientos de capital del Gobierno sin recurrir a ayudas públicas. Se emitirán 6.243 millones de nuevas acciones, tres nuevas por cada una de las existentes, a un precio de 0,401 euros por acción. El descuento para el actual accionista que acuda a la ampliación es del 31,6% respecto a los que no son accionistas ahora. Quien no sea accionista y quiera comprar tendrá primero que adquirir los derechos, que saldrán a cotizar el miércoles a 0,533 euros -aunque a partir de ahí fluctuarán en función de la oferta y la demanda-. Cada derecho da opción a comprar tres acciones nuevas; por lo tanto, a los actuales accionistas les costará 1,2 euros cada tres acciones y a los no accionistas les costará 1,736 euros incluyendo la compra del derecho.

El presidente del Banco Popular, Ángel Ron, reconoció que le estaban pidiendo un esfuerzo al actual accionista, como lo es también la supresión del dividendo temporalmente. Sin embargo, defendió que la ampliación se hace a precios «muy atractivos» y que espera que en el segundo trimestre del próximo año se pueda realizar ya un pago a cuenta del dividendo de 2013.

Durante su discurso ante los accionistas, Ron destacó que «todas las miradas dentro y fuera de España están fijadas en el Banco Popular y en esta ampliación». Una ampliación que se utilizará para cubrir los requerimientos de capital resultantes del test de estrés de Oliver Wyman, que le daba al Banco Popular unas necesidades de capital de 3.223 millones de euros en el escenario más adverso. Ron señaló que acatan pero no comparten este resultado y explicó que la entidad ha sido penalizada por tener la práctica totalidad de su negocio en España y estar enfocada a la banca comercial con una gran cuota de mercado en pymes.

Desde el primer momento, la entidad anunció que cubriría sus necesidades de capital sin ayudas públicas para mantener su independencia y libertad de gestión. Hace una semana, el Banco de España confirmó que el Popular era capaz de recapitalizarse por sus propios medios.

En la Junta de Accionistas, Ron explicó el «saneamiento agresivo» de la entidad para empezar 2013 con el balance absolutamente limpio del peso del negocio inmobiliario. Para ello acumulará anticipadamente provisiones en 2012 por 9.300 millones de euros, lo que llevará a registrar una pérdida contable de 2.300 millones, pero con una dotación de provisiones genéricas por 3.900 millones.

El presidente de la entidad comentó que la rápida respuesta del banco al decidir cubrir los requerimientos de capital con la ampliación de capital y otros recursos propios «ha generado un clima de tranquilidad entre accionistas y clientes», algo que fue rebatido por uno de los accionistas. Una ampliación de capital supone diluir el valor de la acción a corto plazo, aunque dado que la rebaja respecto al valor teórico en libros de la entidad tras la ampliación supera el 60%, la cotización de la acción tiene un largo recorrido al alza a medio y largo plazo, según el banco, «porque no hay razones para pensar que la acción cotice por debajo de su valor en libros».

Un sindicato de 15 bancos nacionales e internacionales, encabezados por Deustche Bank y Banco Santander, asegura la colocación de 2.080 millones de euros; el resto, hasta los 2.500 millones, está comprometido ya por los accionistas de referencia. El banco prevé que estos reduzcan su participación del 31% al 23,3% del capital social.

Además, Ron explicó que se creará una sociedad de gestión de activos interna -lo que coloquialmente se conoce como 'banco malo'- para gestionar los activos problemáticos.

Talón de Aquiles

Ron advirtió que el alto nivel de desempleo sigue siendo «el talón de Aquiles» de la recuperación económica y un «drama social inaceptable». Por ello, reclamó una «acción decidida e inmediata de los principales líderes de las economías desarrolladas y muy especialmente en nuestra nación». Consideró fundamental que se cumpla el plan del BCE de comprar deuda pública en el mercado secundario. Pero también abogó por combinar las políticas de austeridad de gasto con medidas que estimulen el crecimiento. Además, pidió un pacto entre las principales fuerzas políticas «que marque las líneas rojas del Estado del bienestar».

El máximo responsable del Banco Popular no quiso dejar pasar la oportunidad para criticar el «torrente legislativo» que se está produciendo sobre las entidades financieras españolas, lo que provoca inseguridad jurídica, y lamentó que no se esté regulando la 'banca en la sombra', principal responsable del origen de la crisis.