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Pallarés: «Los goles acabarán llegando»

El espigado ariete del San Fernando asegura: «Con jugadores como Pedro Carrión o Antoñito, el gol es cuestión de tiempo»

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Solo los madrileños del RSD Alcalá, con un único gol en su casillero particular, cuentan con peores registros anotadores que el San Fernando a estas alturas de la competición liguera en la categoría de bronce del fútbol español. Orihuela (con un partido menos) y Binissalem, con tres dianas, igualan el pobre registro de los pupilos de Masegosa que, aunque en labores defensivas están dando la talla, no terminan de arrancar. Y todo ello sin estar en zona de descenso a Tercera.

Actualmente, solo Verdú, Carlitos y Pablo Pallarés han tenido el honor de celebrar esta temporada un gol con la elástica azulina y, de ellos, únicamente el valenciano es delantero centro. «Estamos haciendo buenos partidos, pero arriba no rematamos la faena y eso se paga en Segunda B», asegura Pallarés. El delantero de Gandía no pudo estar presente ante el Albacete al ser expulsado en Cáceres, pero desde la grada tuvo claro que su equipo fue mejor sobre el césped. «Nos faltó definir ante un rival que venció con una sola ocasión. El Albacete no fue mejor», aseguró.

Sea como fuere, Pallarés, que ya trabaja a destajo para contar con minutos en Écija, tiene claro que los goles llegarán: «Tenemos mucho potencial arriba. Sin ir más lejos, Pedro Carrión se salió en Tercera, a Antoñito no lo vamos a descubrir ahora, Ñoño es otro referente y yo tengo experiencia en esta categoría. Es cuestión de tiempo».

Y es que, el espigado ariete azulino no se conforma con una única diana en su cuenta: «El gol ante el Betis B fue agridulce porque no sirvió para nada. Tengo que meter más porque los delanteros tenemos el gol en las venas».

Anotó el primer gol azulino del curso. Fue en el derbi ante el Cádiz y lo logró tras batir a Aulestia de penalti.

Su gol sirvió de poco en el Villamarín, pero es el único anotado por un ariete del equipo.

Autor del tanto que ha posibilitado la única victoria isleña. El Cacereño fue su víctima.