Apuntes

Se le acabó el crédito

La 'Marcha Obrera' de Sánchez Gordillo, teóricamente pacífica, deriva cada día en algaradas ante las que han de actuar las fuerzas de seguridad

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Al parlamentario andaluz de IU y alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, ya se le acabó el crédito. Lo que comenzó como una sucesión de actos reivindicativos para alertar sobre la situación de los más desfavorecidos, la 'Marcha Obrera', está derivando en una serie de algaradas ante la que hay que actuar conforme a la ley.

Ayer, en El Puerto, la «sorpresa» prometida fue la toma de una sucursal de La Caixa, por lo que la policía tuvo que intervenir y practicar hasta once detenciones. Los asaltantes fueron llevados a comisaría para declarar y posteriormente puestos en libertad, aunque se les imputan dos delitos de desorden público y coacciones. Sánchez Gordillo y Cañamero, los líderes de este movimiento, defienden que en todo momento sus actuaciones son pacíficas, aunque su versión no siempre coincide con la de las fuerzas del orden.

Ocurre que, como se pudo comprobar en la marcha de ayer, muchos de los participantes, sobre todo los más jóvenes, sacan los pies del tiesto con mayor frecuencia de lo que a los propios organizadores les gustaría, ya que desvirtualizan el espíritu de la protesta. De hecho, ayer se veía como muchos de los veteranos empleaban buena parte de sus energías en calmar a los más exaltados. El problema es que cuando se decide organizar actos de este tipo hay que saber los riesgos que conlleva. Y este es uno de ellos, que lo que nace como un movimiento pacífico pueda acabar en algarada, como empieza a ocurrir con demasiada frecuencia ya.

Además, el propio Sánchez Gordillo ha sido citado a declarar ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, después de que el alto tribunal andaluz abriera diligencias contra él por su acción como piquete en Estepa durante la huelga general del 29 de marzo.

Hoy la 'Marcha Obrera' llega a Cádiz capital. Cabe esperar que no se produzcan incidentes, aunque por lo que los propios organizadores dejan entrever, es posible que se produzcan nuevas 'sorpresas'.