El Ayuntamiento tacha de «lamentables» las quejas de la oposición sobre la duración de los plenos municipales

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Cádiz califica de «lamentable» que la oposición se queje de la duración de los Plenos municipales, demostrando así «las escasas o nulas ganas que tienen de trabajar y de debatir sobre los problemas de la ciudad aunque sea una vez al mes».

A juicio del gobierno local, «parece mentira que la oposición se canse de debatir en el máximo órgano de gobierno de la ciudad pretendiendo además que la alcaldesa no hable».

Recuerda que cada grupo tiene en cada punto dos oportunidades de intervenir con una duración de 10 minutos cada una, es decir, 20 minutos en total. «En los últimos plenos, los grupos de la oposición renuncian en ocasiones a debatir en el primer turno y lo dejan para el de portavoces, excediéndose muchas veces de los diez minutos estipulados sin que la alcaldesa ponga el más mínimo problema. Es más, permite que se excedan hasta 15 o 20 minutos».

El equipo de gobierno asegura además, que «en este Ayuntamiento no hay límite, como en otros consistorios, para presentar propuestas a Pleno por parte de los grupos». Entiende que «lo mínimo que pueden hacer los concejales de la oposición es debatir cada 30 días ¿o es que quieren hacer política desde el sofá de casa?».

Además recuerda que «ser concejal es voluntario y si a ellos les cansa o les aburre estar en un Pleno debatiendo sobre asuntos importantes para la ciudad, que escojan otra tarea dentro de la política ya que están demostrando que no tienen las más mínimas ganas de trabajar por los gaditanos».

Sin cambios

El equipo de gobierno aclara que «no vamos a cambiar el Reglamento municipal porque a este equipo de concejales y a su alcaldesa no les importa, a diferencia de otros, debatir las horas que hagan falta en el máximo órgano de gobierno municipal para intentar dar solución a los problemas de los gaditanos».

Por su lado, el sindicato de Autonomía Obrera critica la postura de la primera edil acusándola de «no asumir críticas a su gestión, así como su histerismo cuando estas suceden de forma continuada».

Para el grupo obrero, la reacción de Teófila Martínez denota «su impotencia cuando no da una respuesta coherente. Esto se refleja en quitarse su máscara de demócrata para que salga a la luz su verdadera cara de intolerancia hacia los que no le ríen las gracias».