González Pons y Arenas aplauden a Rajoy tras su intervención en la junta directiva nacional del PP, celebrada en Sevilla. :: EFE
ESPAÑA

Rajoy pide al PP unidad para defender las reformas del Gobierno

Cospedal antepone su condición de presidenta de Castilla-La Mancha a la de número dos del PP y no acude a la junta directiva nacional

MADRID. Actualizado: Guardar
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El desgaste del Gobierno tras seis meses de reformas y duros ajustes comienza a tener un reflejo notorio en las encuestas. El PP, según los últimos sondeos, ha perdido un 8,5% de intención de voto desde las elecciones generales. La situación, sin embargo, no es más grave porque el PSOE no se beneficia de ese retroceso. Mariano Rajoy justifica esta pérdida de apoyos por el descontento de los ciudadanos con sus medidas, pero quiere que el partido, desde la unidad de acción, intente frenar esta pérdida de apoyos. Una alusión al mensaje único que llega tras varias semanas en las que las declaraciones de ministros y de altos cargos del partido han evidenciado problemas de coordinación entre la Moncloa y el PP.

Ayer, durante su alocución ante la junta directiva nacional del PP reunida en Sevilla, Rajoy explicó que el mejor apoyo que puede prestar el partido al Ejecutivo es predicar un mensaje nítido: «Todo lo que hace y hará el Gobierno en las próximos fechas es necesario e imprescindible para no desviarnos del camino de la salida de la crisis».

El PP celebró su junta directiva nacional, máximo órgano entre congresos, en la capital andaluza para arropar la transición en la dirección del PP en esa comunidad. Javier Arenas dejó paso en la presidencia del partido al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. Rajoy quiso dar muestras de la importancia que da al relevo con su presencia en la reunión aunque ello supusiera una ausencia, para él dolorosa, en la recepción en Madrid a la selección española por su triunfo en la Eurocopa.

María Dolores de Cospedal optó, en cambio, por anteponer su condición de presidenta de Castilla-La Mancha a la de secretaria general del PP. Prefirió quedarse en Hellín, localidad albaceteña afectada por un incendio forestal, y no viajar a Sevilla. Un plante que dio pábulo a la polémica interna, alimentada en privado por varios barones territoriales, sobre la conveniencia de que Cospedal compagine la secretaría general del partido con el gobierno de una comunidad autónoma.

Rajoy, en ausencia de Cospedal, piropeó a Arenas, al que calificó de «activo muy valioso y una referencia para este partido». No desveló qué planes tiene para el veterano político andaluz, pero insinuó que le encomendará nuevas tareas en Madrid.

El presidente del Gobierno aprovechó la sensación de euforia colectiva que se vive tras la victoria de la selección de fútbol en la Eurocopa para recargar las dosis de optimismo que suele introducir en su discurso político. «No hay lugar para el desaliento», arengó a los dirigentes populares.

Convicción

Rajoy admitió que, pese al importante paso dado por el último Consejo Europeo, la situación de España aún es muy delicada. Persisten los motivos para la preocupación, pero se mostró «absolutamente convencido» de que España tiene un gran futuro.

Llevaba varias comparecencias sin hacer referencia a la herencia recibida, pero retomó este guión en Sevilla al recalcar que el país no ha llegado a esta delicada situación «ni por casualidad ni por mala suerte». A su juicio, los polvos que originaron estos lodos no son otros que las políticas del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. «Lo sabemos todos, incluso aquellos que ahora protestan por la decisiones del Gobierno», comentó en alusión a los dirigentes del PSOE.

El jefe del Ejecutivo advirtió a las comunidades autónomas de que tendrán que hacer en los próximos meses un esfuerzo aún mayor de reducción del gasto, al igual que hará el Gobierno mediante los Presupuestos Generales para 2013. El objetivo es dejar claro a la Unión Europea el indudable compromiso de España con la estabilidad presupuestaria.

«Solo con el control del gasto lograremos devolver la salud a nuetras cuentas públicas», reseñó. Y lo hizo en un auditorio en el que estaban presentes todos los presidentes autonómicos del PP, salvo Cospedal y el valenciano, Alberto Fabra. Fuentes del Gobierno confirmaron que la Comisión Europea señala a los gobiernos regionales como uno de los principales culpables de los males económicos de España.

Rajoy avanzó nuevas y ambiciosas reformas estructurales que, según recalcó, serán un hito en la modernización del país. «Vamos a hacer mucho más y lo vamos a hacer bien», remachó.

No detalló el calado de estos futuros cambios estructurales, pero sí esbozó los más inmediatos: el energético, el de la administración, la unidad de mercado y los organismos reguladores.