Italia se entrega al 'fair play' de 'La Roja'

Los italianos, de regreso ya a su cuartel general junto a las célebres minas de sal de Wieliczka, cerca de Cracovia, no saben cómo agradecer a España que abogara por el 'fair play', ganara a Croacia con enormes sufrimientos y ayudas arbitrales del alemán Wolfgang Stark, uno de los integrantes de la lista negra de José Mourinho, y permitiera el acceso de los transalpinos a cuartos de final de la Eurocopa. Quizá lo dice con la boca pequeña, por aquello de mostrarse elegante con sus paisanos, pero cree Giovanni Trapattoni, todavía director técnico de Irlanda pese al fracaso en la Eurocopa, que «Italia tiene calidad para seguir a delante hasta el final».

No han hecho nada extraordinario hasta la fecha pero ya lucen palmito entre los ocho mejores del continente y superan el drama vivido con la temprana eliminación el Mundial de Sudáfrica. El cambio y la regeneración de los 'azzurri' han sido propiciados por el trabajo metódico y en silencio de Cesare Prandelli, un técnico moderno que aboga por el rombo en el centro del campo y abomina del 'catenaccio'.

El ex de la Fiorentina fue el primero en reconocer que frente a los irlandeses había sufrido más que en toda su carrera. «Hasta el minuto 75 estaba pendiente de nuestro partido. A partir de ahí, del segundo gol de Mario Balotelli, «preguntaba más por el otro partido de Gdansk», confesó una vez logrado el primero objetivo de una Italia que, con peor o mejor equipo, siempre aspira al trono.

«Una buena señal»

Sabe que no fue un buen partido, precisamente, ante el combinado del 'Trébol', pero destaca que sus pupilos se emplearon con «generosidad y jugaron como les dejaron». «Fue una victoria del corazón. Lo haremos mejor ante equipos que nos concedan más espacios. Además, el triunfo de España fue una buena señal para el fútbol», enfatizaba el técnico de Orzinuovi (Brescia).

Públicamente al menos, el más agradecido a los españoles fue el guardameta Buffon, ídolo de Casillas y presuntamente implicado en los últimos casos de corrupción que maldicen al 'calcio'. «Gracias. Sabía que España se comportaría como un gran equipo. Por eso estuve tranquilo en las jornadas previas, a pesar de que en Italia no paraba de hablarse a todas horas de 'biscotto'». Cassano, autor de ese primer gol, a la salida de un saque de esquina, que cercenó las esperanzas de los dignos y nobles irlandeses, es uno de los más optimistas. Ha superado momentos muy complicados en su carrera. Meses después de que le dieran por acabado, es uno de los pilares del equipo. «No hay miedo a nadie. Ahora empieza lo bueno para los italianos. Las victorias trabajadas y sufridas son más bonitas», expuso el exmadridista, aún con kilos de más pero con ganas enormes y calidad incuestionable.

El agradecimiento a los españoles se hizo extensivo a toda la prensa. En mayor o menor medida, los rotativos lamentan en Italia haber desconfiado de 'La Roja', a la que rinden honores antes de confesar que la posibilidad del pasteleo «solo estaba en mentes de italianos desconfiados».

'Ningún biscotto', destaca la prestigiosa 'Gazzetta dello Sport'. «Tantos rumores para nada. Honores a España. La alerta se revela infundada, solo propia de italianos sospechosos», expone en su crónica. Y concluye que «San Iker salvó a la selección de Del Bosque».

«El España-Croacia fue todo de verdad», subraya el 'Corriere della Sera', crítico con sus compatriotas por haberse puesto «la venda antes de la herida». Creen los periodistas de este medio que en la historia quedará escrito que «Italia le debe una a España».

Para la 'Reppublicca', «Casillas paró, Navas marcó a tres del final y no hubo biscotto». La misma teoría de 'Il Messaggero' de Roma, jubiloso porque el tongo «no existió». «España sufre como nunca pero el final gana como siempre», remarca este medio, que destaca un récord de audiencia televisiva en Italia de 20 millones de espectadores.

En la misma línea, la 'Stampa' de Turín titula: «Nada de biscotto». El 'Corrierre dello sport' da un paso más al ironizar acerca de que «si España había pensado en el 'biscotto', fue aterrador». Y advierte en portada de que esta Italia no enamora.