Los líderes del SPD, Frank-Walter Steinmeier y Sigmar Gabriel, ayer, en Berlín. :: REUTERS
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Merkel afronta ahora otra batalla en casa

Socialdemócratas y Verdes venderán caro el apoyo a la canciller alemana para aprobar el pacto de estabilidad

BERLÍN. Actualizado: Guardar
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Los problemas de la canciller alemana, Angela Merkel, para llevar adelante su preciado pacto fiscal se suceden no solo en la Unión Europea (UE), sino también en el interior de sus fronteras. Los principales partidos de la oposición dejaron claro hace tiempo que su imprescindible apoyo no le saldría gratis, y ayer pusieron las cartas sobre la mesa. En una reunión de dos horas mantenida en la Cancillería de Berlín, los líderes de los socialdemócratas (SPD), La Izquierda y Los Verdes expusieron su lista de requisitos. Merkel contará con su voto para obtener la necesaria mayoría de dos tercios en ambas cámaras legislativas a cambio de compromisos claros para impulsar el crecimiento y luchar contra la tasa de desempleo juvenil, financiado todo ello con fondos estructurales de la UE y una tasa a las transacciones financieras, junto con créditos del Banco Europeo de Inversiones.

Todos los partidos quisieron dejar claro tras la reunión que se trataba de una «primera toma de contacto» para debatir sobre un posible acuerdo y que «todos los frentes siguen abiertos». «La ratificación del pacto depende de estas negociaciones», resaltó el líder socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier. Se ha acordado una segunda reunión para el 13 de junio y Merkel confía en lograr el respaldo para ratificar el pacto fiscal y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) antes del verano, tras el aplazamiento de la votación fijada para hoy, según confirmó el jefe del grupo parlamentario de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Volker Kauder, al tiempo que recordó que los eurobonos no forman parte de la discusión.

Al igual que Merkel, los socialdemócratas alemanes rechazan los eurobonos y proponen como alternativa «una colectivización de la parte de la deuda que supere el 60% del PIB de cada país socio, para saldarla en un plazo de 25 años».

Para evitar que el bloqueo al pacto fiscal obstaculizara la ratificación del MEDE, Los Verdes y el SPD quisieron desde el principio separar las dos votaciones. Sin embargo, tanto Merkel como su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, vincularon en todo momento las dos medidas y la posición fue ratificada ayer por el ministro de Economía, Rainer Brüderle.

Por su parte, el líder de Los Verdes, Çem Özdemir, adelantó que no darán «un cheque en blanco al Gobierno» por «la responsabilidad política que tenemos para salir de la crisis», y recordó que ir de cumbre en cumbre no ha ayudado por el momento a los países en crisis. Para Özdemir, España es un claro ejemplo de que la política defendida por los principales líderes de la UE no funciona. «España vive una situación dramática aunque ha cumplido punto por punto las recetas que le hemos dado. España es el alumno ejemplar, ha puesto en marcha todas las recetas del Gobierno alemán, pero no consigue salir de la crisis». «Los intereses de los créditos le pesan tanto que no le damos la posibilidad de salir adelante», resumió.

Todo apunta a que las negociaciones no serán un camino de rosas para Merkel, presionada desde todos los flancos. Entre las múltiples exigencias del triunvirato socialdemócrata, formado por Peer Steinbrück, Sigmar Gabriel y Frank-Walter Steinmeier, y del partido de Los Verdes se encuentra la polémica tasa a las transacciones financieras, también reclamada por el presidente francés, François Hollande, y a lo que se opone tajantemente el Partido Liberal (FDP), socio en el Gobierno de Merkel.

Gobierno de coalición

Los liberales no ofrecen señales de dar su brazo a torcer, por lo que las grietas en el debilitado Gobierno de coalición de Merkel podrían agrandarse aún. La mandataria alemana deberá jugar muy bien sus bazas no solo con la oposición, sino también con los liberales.

De momento, sin embargo, puede estar tranquila en cuanto a su puesto en la Cancillería. El SPD ha dejado claro que no está entre sus planes usar el bloqueo al pacto fiscal para forzar un adelanto de las elecciones previstas para el otoño de 2013. Según Steinmeier, quieren hacer «una oposición constructiva» que les prepare para gobernar. Esa declaración deja abierta la puerta a lo que podría ser una nueva 'gran coalición' entre socialdemócratas y cristianodemócratas, después de que la 'entente' soñada de Merkel con los liberales se haya tornado en pesadilla.