Apuntes

Lentitud exasperante

La adjudicación de los trabajos para colocar las vías del tranvía no es más que otro pasito en una obra eterna

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La provincia de Cádiz, por desgracia, está más que acostumbrada a que nunca se cumplan los plazos que los políticos van dando en todas y cada una de las obras de infraestructuras en marcha. A tal punto, que prácticamente ninguno -de ningún signo- se aventura a dar fechas para no comprometerse y ser esclavo de sus palabras. Ocurrió recientemente con la visita al segundo puente de la ministra de Fomento, Ana Pastor. Lo máximo que pudo esbozar en su visita del pasado mes de marzo es que al puente le quedan quince meses y que, en parte, dependerá del viento que se alarguen o se reduzcan los plazos. Pastor tiene al menos el beneficio de la duda por cuanto el gobierno del PP ha 'heredado' unos trabajos que ya de por sí iban muy retrasados pese a las reiteradas negativas de parones en la obra por parte de su predecesor, José Blanco.

Sin embargo, el asunto del tranvía es especialmente grave. La infraestructura, vendida a bombo y platillo por la Junta de Andalucía como el gran eje de las comunicaciones entre los municipios de la Bahía, se eterniza. Fundamentalmente por los parones a causa de las expropiaciones a los vecinos de San Fernando, que éstos denunciaron, obteniendo el respaldo del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. El TSJA ordenó la paralización de los trabajos y a indemnizar a los expropiados, lo cual supuso un incremento importante del coste de la obra, amén de los retrasos que han impedido que se acaben los trabajos en 2012, tal y como estaba previsto.

Sin embargo, desde la Junta de Andalucía nunca se ha reconocido que esta obra se le ha ido de las manos. Más bien al contrario, han alardeado de todos y cada uno de los pequeños pasos que se han ido dado, vendiéndolos como grandes triunfos políticos. Es el caso del anuncio de ayer de la adjudicación de la colocación de las vías en el tramo comprendido entre Chiclana y San Fernando. Algo que debía haberse hecho hace ya meses y que, por no insultar a la inteligencia de la ciudadanía, más valdría que se hubiese silenciado para no poner de nuevo de relieve los continuos incumplimientos que se vienen sucediendo.