Miles de manifestantes ocupan la autopista de Budaiya para protestar contra el régimen. :: REUTERS
MUNDO

La Fórmula 1 resucita la 'primavera árabe' de Bahréin

La población de mayoría chií aprovecha la repercusión mediática del Gran Premio para protestar contra la familia real

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Bahréin vuelve a echarse a las calles. El Gran Premio de Fórmula 1 ha servido para recordar al mundo que la revolución sigue viva en esta pequeña isla Estado del Golfo Pérsico, la 'revolución árabe' menos mediática y con menos respaldo de Occidente. Decenas de miles de personas salieron a las calles para alzar su voz contras unas autoridades que tratan de mostrar al mundo una imagen de normalidad aunque para ello hayan tenido que blindar el circuito de Shakir, situado a apenas 32 kilómetros del centro urbano.

Esa distancia separa el espectáculo de las reivindicaciones de la mayoría de la población chií que exige reformas democráticas que acaben con el monopolio del poder en manos desde hace dos décadas de una minoría suní. La oposición llamó a tomar las calles en un nuevo 'viernes de la ira' en el que se volvieron a escuchar gritos contra la monarquía. Es su oportunidad para recordar al mundo que su lucha sigue vigente y es tan legítima como la de los sirios, la otra revolución abierta. Human Rights Watch (HRW) aprovechó la cita deportiva para publicar un informe en el que acusa a las autoridades de «usar la carrera como una parte de su campaña para limpiar su imagen». Una misión imposible cuando las redes sociales no paran de ofrecer información de esa realidad que no muestran los medios oficiales, información que denuncia la oleada de represión y la detención de cientos de opositores en nombre de la seguridad de una prueba automovilística que el pasado año se tuvo que suspender debido a los altercados.

Internet también pide solidaridad con Abdulhadi al-Khawaja, el activista de los derechos humanos encarcelado que lleva setenta días en huelga de hambre.

Lucha sectaria

A diferencia de lo ocurrido en los demás países de la primavera árabe, a Bahréin apenas ha llegado el respaldo de los gobiernos occidentales más preocupados por no molestar a su gran aliado energético en la región, Arabia Saudí, que de los informes de organismos como HRW o Amnistía Internacional que denuncian «la brutal represión de las protestas» y elevan a setenta el número de muertos a manos de las fuerzas de seguridad en el último año.

En medio de la pasividad diplomática internacional, Anonymous se solidarizó con los manifestantes y logró dejar fuera de servicio la página web de la Fórmula 1 durante varios minutos.

A la vez que concluía la segunda sesión de entrenamientos libres en el circuito, la capital se disponía a vivir la segunda noche de enfrentamientos con los botes de humo y las pelotas de goma resonando en varias zonas de población chií de Manama. Los chiíes suman dos tercios de la población de esta isla Estado y son ellos el grueso de los manifestantes que piden el fin del monopolio de una familia real suní desde hace dos décadas.

Lo que al comienzo eran peticiones de reformas se han convertido con el paso de lo meses en exigencias de cambios radicales. Los manifestantes piden la cabeza del monarca y el fin de un régimen en el que se sienten discriminados por pertenecer a una secta diferente, la misma que es mayoritaria en Irán, lo que provoca el recelo sectario por parte de los vecinos del Golfo, que blindan y ofrecen todo su apoyo a las autoridades de Bahréin.