Sociedad

«Aún no es real la igualdad entre sexos»

Ana Gordillo publica 'Olvidado feminismo gaditano', un ensayo en el que recupera a las mujeres más importantes de los siglos XVIII y XIX

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«El hombre y la mujer no deben tener una constitución semejante de temperamento y carácter, no deben educarse de la misma manera». Esta frase es una de las perlas que Rousseau incluyó en 'El Emilio'. Sí, el ginebrino, el autor de 'El contrato social', cuyas ideas alentaron la Revolución Francesa. Un ejemplo más de la misoginia que, a pesar de la Ilustración, imperaba en el mundo. Siguió vigente ese concepto, unidos a los del patriarcado o al más moderno machismo, durante mucho mucho tiempo. Por supuesto también en Cádiz, aun los claroscuros liberales.

Este olvido, a veces desprecio, obsesiona a la gaditana Ana Gordillo, una historiadora del Arte que desde sus años de estudiante ha comprobado la dificultad de encontrar nombres de mujer en los tratados de su disciplina, así como en muchas otras. Su valiente esfuerzo de recuperación ha dado como fruto su primer trabajo como escritora 'Olvidado feminismo gaditano' (Absalon), con prólogo de Bibiana Aido. El ensayo recoge las historias de periodistas, poetas y artistas locales de finales del XVIII y todo el siglo XIX. La primera, por orden cronológico, es Beatriz Cienfuegos, quien en sus escritos en 'Pensamientos' ya vislumbraba la idea de una igualdad real entre géneros, en contraposición a los axiomas de Rousseau, que consideraba a la mujer como mero complemento del hombre.

La educación como base

Otra pionera y activa abanderada de la paridad fue la monja poeta Gertrudis Hore. La gaditana, recluida de por vida en un convento por cometer adulterio, se movió entre los más importantes círculos literarios de finales del XVIII, pero su extensa obra y su lucha por la libertad en un inmerecido cautiverio fueron velados después de su muerte. «La historia siempre ha sabido correr un tupido velo sobre estas experiencias», lamenta Ana Gordillo, quien dice haber escrito un libro desde el punto de vista de género. «No se trata de ir contra el hombre, sino de buscar una igualdad real a través del primer derecho que tenemos los seres humanos, el de la educación», argumenta. En este sentido, Guillermina de Rojas, maestra y fundadora de la Asociación Republicana Femenina Mariana Pineda, dedicó su vida a la extensión de la libre enseñanza. De hecho, la anarquista renunció a su profesión al considera imposible armonizar sus ideales educativos con la enseñanza que se impartía en esos momentos en las escuelas.

De vuelta a inicios del XIX, el lector se encontrará con las historias de tres periodistas de desigual ideología que ejercieron durante la Guerra de la Independencia: Carmen Silva, la marquesa de Astorga y Manuela de Ulloa. Estas tres mujeres fueron de las primeras en firmar tribunas políticas en este país.

Años más tarde, las progresistas Josefa Zapata y Margarita Gómez de Celis también utilizaron la prensa para reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres, suavizar los matrimonios de conveniencia y apostar por un derecho real de gestionar los bienes patrimoniales heredados.

En su repaso, Ana Gordillo rescata también las experiencias de tres mujeres masones, Jacinta Fonseca y las hermanas Carvia, estas últimas amigas de Clara Campoamor.

Además, en 'Olvidado feminismo gaditano' se recupera la figura de las mujeres de la Academia de Bellas Artes gaditana que promovieron la Academia para señoritas. Entre ellas, Madame Anselma y Victoria Martín Campo, lamentablemente, también silenciadas en los grandes tratados de arte.

El compendio de la historiadora gaditana supone una oportunidad, además, para conocer los nombres de un puñado de andaluzas y españolas que engrosaron el movimiento feminista del siglo XIX, a las que relaciona con las grandes autoras europeas de la época.

En el año en que Cádiz celebra los doscientos años de la consecución de la libertad, Ana Gordillo recompone el verdadero puzle de la Historia, al que siempre le ha faltado las piezas femeninas. «Hoy, en pleno siglo XXI, hay mucha literatura sobre la igualdad de derechos y oportunidades entre ellos y ellas, pero la realidad es bien distinta. No es real, por ejemplo, el derecho a la conciliación laboral y familiar. Eso sí, hemos andado mucho. Nuestro mayor logro ha sido el conseguir estar unidas y trabajar juntas por el bien común», subraya la autora.

«El hombre y la mujer se hicieron el uno para el otro, pero la dependencia mutua no es la misma», dijo Rousseau. Afortunadamente, ahora la Historia se escribe de otra manera.