Artículos

Aires primaverales

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

19 de marzo de 1812, festividad de San José. Luce un día primaveral en el Cádiz sitiado, cuando las Cortes promulgan la joven Constitución española y los gaditanos, aún bajo la amenaza de las bombas, se lanzan a celebrar la buena nueva y a ser los protagonistas del cambio que se avecina. Un día de marzo de hace 200 años, los gaditanos fueron actores y testigos del fin de una época, cuando los diputados españoles de ambos hemisferios dieron a luz al texto constitucional que marcaba el final del ya agotado viejo régimen. 19 de marzo de 2012. Luce también otro día primaveral y Cádiz se viste de gala para celebrar el aniversario de la primera constitución española, aquella que sentó las bases de la del 78, aquella que estableció el Estado de Derecho y que, frente al imperio de los puños y la incultura, permitió que prevaleciesen las ideas. El espíritu de La Pepa, de nuevo, inunda nuestras calles y los gaditanos vuelven a ser los protagonistas del momento. A finales de 1807, la situación era ya social y económicamente insostenible. Endeudamiento y quiebra económica, un comercio colapsado, una inflación galopante, malestar social, falta de trabajo, hambre en un amplio sector de la población y unos pocos privilegiados, para los que el resto de los mortales eran simples súbditos manipulables, que hacían y deshacían a su antojo. Un estamento privilegiado que, ajeno a las necesidades reales de la gente común, vivía solo preocupado por sus prebendas y tejemanejes, amparado por un viejo Régimen incapaz de dar solución a la profunda crisis en la que se vivía. Pero, afortunadamente, corrían nuevos aires primaverales que, poco a poco, iban extendiéndose hasta que, en Cádiz, la recién nacida Pepa dijo basta al absolutismo y a los privilegios, no sin que los representantes del antiguo régimen se resistiesen con todas sus fuerzas a mantenerse en la poltrona de la época. Ayer, doscientos años después, los máximos representantes de las instituciones del Estado, junto a los embajadores de los países hermanos hispanoamericanos, se reunieron en el Oratorio de San Felipe Neri para rendir justo homenaje a los diputados doceañistas, aquellos españoles de España, América y Filipinas que, junto a la población gaditana, hicieron posible el cambio.