Los usuarios esperaron entre media hora y una hora de media para poder subir a un autobús. :: ANTONIO VÁZQUEZ
CÁDIZ

Las paradas de autobuses se llenan de gaditanos indignados por la huelga

Los usuarios se muestran resignados, mientras que la plantilla vuelve hoy al tajo con otra jornada de paros convocada para el próximo fin de semana

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Después de tres días de servicios mínimos, los autobuses urbanos de Cádiz recuperan hoy la normalidad. La huelga ha dejado tras su paso largas colas de gaditanos que esperaban hasta una hora, en algunos casos, para poder ir al centro en autobús y ahorrarse la caminata de hora y media desde Cortadura hasta el centro de la ciudad para las piernas más ágiles, aunque la alcaldesa de Cádiz ya dijera al inicio del conflicto «que las distancias son cortas». Ayer, lunes de coros y día que menos gente acude a la fiesta por ser fiesta local, las colas volvieron a formarse tal irremediablemente desde la primera parada hasta la mitad de la avenida, punto en el que sale más a cuenta ir andando hasta el Casco Histórico que esperar a que un autobús pare para recoger a los pasajeros.

Más de veinte minutos llevaba esperando ayer Paqui Díaz en la primera parada de la línea 1 para poder ir al centro con su familia. «Vamos con niños pequeños y tenemos que coger el autobús». Pese a ser la primera de una cola formada por unas treinta personas, Paqui no se mostraba muy esperanzada de poder subir en el próximo que viniera. «Hay gente que lo coge al final del recorrido y prefiere pagar doble con tal de no bajarse en la parada y esperar a que venga otro», comentaba resignada. Un grupo más atrás formado por jóvenes madrileños aguardaban con buen humor la llegada del autobús. «Hemos venido de fuera para disfrutar y nos hemos encontrado con la huelga, no sabemos muy bien los motivos pero entendemos que utilicen la fiesta para conseguir lo que demandan», explicaba Daniel Laza. Junto a él, Mónica García no se mostraba tan comprensiva, «entendemos que vayan a la huelga pero nos parece excesivo que la hagan durante los tres días de fiesta, sobre todo por la mala imagen que da a las personas que vienen de fuera».

Justo detrás de ellos, un gaditano, Juan José Bullón, se mostraba también resignado con la situación. «Llevo media hora esperando y no se ve ni siquiera a uno venir...» se quejaba. «Yo todavía soy joven y aunque esté cansado de ir y venir estos tres días puedo aguantar el tirón pero hay personas mayores o parejas con hijos que no tienen otra opción».

A un par de paradas de distancia, desde el Hospital, Estefanía Lanceta esperaba el autobús que aún no había salido de Cortadura. «Yo me acabo de enterar de la huelga ahora, en los 20 minutos que llevo esperando pero no me va a trastocar la fiesta porque vamos a ir al centro de todas formas». Tras esperar otros diez minutos más, Estefanía abandonó la espera y se dirigió al centro andando.

Estas mismas escenas volverán a repetirse el próximo fin de semana si empresa y trabajadores no alcanzan un acuerdo. Desde el comité de empresa, explicaron ayer que en el día de hoy se había anunciado un encuentro aunque aún no les había llegado la convocatoria. Los puntos centrales que mantienen a ambos lados enfrentados son la antigüedad de cada empleado, el pago de un curso que tienen que hacer los trabajadores por normativa de la Unión Europea y que ellos esperan que pague la empresa y la reducción de la jornada laboral de 38 horas semanales a 37 horas y media en 2014.