McCain reclama una intervención de EE UU para atajar las masacres en Siria

La sangre de los sirios ha despertado el apetito bélico de EE UU, aunque Barack Obama se resista a una nueva guerra. La presión viene del senador John McCain, ex candidato presidencial y jefe del comité de Servicios Armados de la Cámara Alta, que ayer pidió una «rápida intervención», aunque aclaró que eso no significa necesariamente una invasión de la OTAN.

Como los senadores Lindsey Graham y Joe Lieberman, McCain cree que todas las opciones deben estar sobre la mesa, pero sus sugerencias pasan desde «armar a los rebeldes» hasta «crear un pasillo de exclusión aérea» para facilitar la salida de los refugiados. «Mira cómo están masacrando a la gente», dijo indignado al presentador de 'This Morning' en la CBS. «Tenemos que hacer algo para parar el baño de sangre».

La primera de sus sugerencias ya fue desestimada el pasado martes por la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland. «Ya hay suficientes armas en Siria», descartó. Su jefa, Hillary Clinton, ha llamado a «los amigos de la Siria democrática» a unirse para formar un grupo de presión que impulse una transición pacífica y aporte ayuda humanitaria. El propio Obama defendió en una entrevista con la NBC una solución diplomática para el país que tiene frontera con Israel y es aliado de Irán. «No todas las situaciones van a permitir el tipo de situación militar que vimos en Libia», advirtió. Pero con las guerras de Libia e Irak terminadas y con las tropas saliendo de Afganistán, muchos creen que EE UU podría permitirse un nuevo enfrentamiento por razones humanitarias.

Entre tanto, la situación en Siria amenaza con convertirse en una crisis a gran escala que comporte hambrunas. En Homs, la ofensiva militar del régimen de Bashar el-Asad causó ayer un centenar de muertos. Una representante de Naciones Unidas exigió el fin de los asesinatos, las detenciones y la tortura de los menores. La Liga Árabe estudia la posibilidad de enviar a Siria una nueva misión conjunta con la ONU.