Oficina de la empresa de Dolores en la calle Luna de El Puerto. :: L. R.
Ciudadanos

Los afectados de un fraude secuestran a la responsable para exigirle el dinero

La Policía cree que Dolores S. G. ha estafado dos millones de euros a unas doscientas personas a través de su empresa de El Puerto

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Era cuestión de tiempo que Dolores S. G, una empresaria de Chiclana afincada en El Puerto, encontrara la horma de su zapato y se metiera en líos. Se había granjeado cientos de enemigos en los últimos años. Al menos unos doscientos, calcula la Policía Nacional, que le imputa a esta mujer la autoría de una estafa piramidal por la que se habría quedado supuestamente con unos dos millones de euros de los clientes de su empresa en El Puerto: Chibelo, una sociedad limitada que ofrece una amplísima variedad de servicios, desde la venta y alquiler de embarcaciones, a servicios de 'broker finance'.

Según la Policía, Dolores prometía a sus clientes réditos tan espectaculares como sospechosos, de hasta el 125%, impensables en cualquier mercado de inversión. Sin embargo, hace un mes, el despacho que ocupaba la empresa en el número 18 de la céntrica calle Luna, en El Puerto, apareció vacío y los clientes vieron desesperados que nadie les cogía las llamadas.

Cabía esperar una avalancha de denuncias. Sin embargo, entre esos doscientos clientes cabreados con Dolores, también se encontraba una familia de Sevilla, de etnia gitana, que decidió tomarse la justicia por su mano y secuestró presuntamente a Dolores S. G. el pasado fin de semana, con la amenaza de matarla si no les devolvía su inversión.

Con todo, la historia de este particular 'secuestro' es aún más retorcida si cabe, ya que -según la Policía- la idea de retener a la gaditana para exigirle el dinero no partió de este grupo de afectados, sino de su propia socia en Chibelo: Ana Belén G. de A, coadministradora de la sociedad y cabeza visible de la empresa en Sevilla. Fue a ella a quien los supuestos secuestradores amenazaron supuestamente en un primer momento.

Según fuentes policiales, Ana Belén G. de A. se desentendió de la estafa y señaló a su compañera en la aventura empresarial como la única responsable. Para colmo, Ana Belén ofreció supuestamente la vivienda de su madre en el barrio de Los Carteros, en Sevilla, donde Dolores fue retenida bajo la vigilancia de dos de los supuestos afectados, que la amenazaron presuntamente con «pegarle un tiro» si intentaba huir. Por si todo lo anterior fuera poco, Ana Belén también se encargó supuestamente de «custodiar» a su compañera dentro de la casa, según indicó ayer la Policía en un comunicado.

Por suerte (para Dolores), los agentes del Grupo de Blanqueo de Capitales de Sevilla llevaban tiempo tras la pista de esta supuesta estafadora, que ha protagonizado otros timos tan novelescos como éste, o aún más.

La falsa cardióloga

Sin ir más lejos, el pasado mes de julio la Audiencia Provincial de Navarra la condenó a cuatro años de cárcel por embaucar a un vecino de Pamplona, con el que comenzó una relación, haciéndose pasar por cardióloga del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Con esta falsa identidad -se inventó hasta un nombre- le sacó a su 'novio' y a sus padres unos 60.000 euros entre 2006 y 2007, al convencerles de que invirtieran en un proyecto inmobiliario de su familia en Cádiz, por supuesto, totalmente falso. Llegó a decirle, según el tribunal, que estaba embarazada.

Cuando los policías de la unidad de Blanqueo intentaron localizar a Dolores por el supuesto fraude de Chibelo, descubrieron que estaba retenida contra su voluntad, de modo que el caso pasó a la unidad de Atracos, que el pasado domingo 22 de enero organizó una redada para liberarla. Al parecer, la rehén se encontraba en perfecto estado de salud, «custodiada» por su socia y por dos de los estafados - A. S. D. y R. N. F.-. Dos días después se detuvo a otros cinco hombres de la misma familia, a quienes se les imputan delitos de amenazas graves, robo con intimidación y falta de lesiones. Dolores S. G, fue liberada de sus raptores, pero también detenida por la Policía por el delito de estafa, al igual que su socia Ana Belén, a la que se le ha imputado el delito de estafa y el de detención ilegal.