SIN PELOS...

GHOSTBUSTERS

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Bill Murray y Dan Aykroyd, se hicieron famosos por que su disparatada misión era la de cazar fantasmas. Hoy por hoy, su actividad sigue vigente. Fantasmas...haberlos haylos, que diría el gallego. Han pasado de vivir instalados en el anonimato, a moverse en el esperpento alrededor del Xerez CD. Se desconoce su composición. La principal característica, un plumero que se divisa a leguas de distancia.

Su exterminio resulta difícil, pero como en la película, los cazafantasmas consiguen expulsarlos. No se entiende qué mueve a estos reflejos deformados e insatisfechos, a adentrarse en lo terrenal. Su hábitat natural es el mundo del subconsciente. Absurdos entes, que toman forma alrededor de iluminados en trance, que proyectan fantasías monetarias. Gloria o infierno que depende del cuero que rodea a una pelota. Mientras, ellos se granjean el temor y a la vez el desprecio de los que sufren.

Entre el vulgo ha calado muy hondo, quizá demasiado, la creencia en fenómenos paranormales como solución a situaciones extremas. Cada vez que se divisa un OVNI (Oportunista Vividor Normalmente Insolvente), apertura carnal. Situación crítica solucionada. Luego, la desconfianza, cuando se lo llevan calentito, y finalmente, queda la desazón que produce su picotazo. Se trata de una dinastía de fantoches que tuvo su germen en espectros llegados con viento del Moncayo.

Estos dieron paso a Cabezudos Trianeros. Luego fue el turno de los Espíritus Burlones del Ladrillo, con un breve paso del Enviado del Chimichurri. Fuegos fatuos todos ellos. Ahora toma el fantasmagórico relevo el clan de los Golfos Apandadores. Pero por desgracia, a diferencia de lo que pasa en los tebeos, entre todos ellos no hay una oveja negra. Es decir, no hay ninguno honrado y cabal. Sigueme en Twitter @carloscanalsur