ESPAÑA

Zapatero ya no duerme en la Moncloa

MADRID. Actualizado: Guardar
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José Luis Rodríguez Zapatero dio la razón a los que dicen que es un hombre frío. Consultado a la entrada del Congreso sobre cómo había pasado su último día como presidente del Gobierno, dijo que «con normalidad democrática». Ni un gesto emotivo ni nada parecido, acudió a la investidura de Mariano Rajoy como quien pasa un trámite. Estrechó con frialdad, y cierto punto de sosería, la mano de su sucesor y se fue. Y eso que a fuerza de hablar han recuperado en las últimas semanas algo de la sintonía que tenían cuando él era diputado y portavoz de Administraciones Públicas y Rajoy ministro del ramo.

Zapatero llegó al congreso en el coche blindado del presidente del Gobierno y se fue en uno de los denominados de incidencias del palacio de la Moncloa y que no tienen usuario fijo. Antes había tenido una cálida despedida de sus colaboradores y funcionarios del complejo presidencial. Todos se concentraron a la salida de la residencia para tributar una ovación al inquilino durante casi ocho años del palacio de la carretera de Madrid a La Coruña.

Un edificio en el que ya no estaban ni su esposa Sonsoles ni sus dos hijas. Él tampoco regresó al palacio de la Moncloa. Nadie durmió allí ayer. Ni Zapatero, porque se fue, ni Rajoy, porque aún no ha llegado, lo hará hoy, una vez que jure el cargo ante el rey. Tras la investidura, el aún secretario general del PSOE se trasladó a la casa que ha alquilado en una urbanización en la periferia acomodada de Madrid. Es una casa de dos plantas de cien metros cuadrados cada una. El deseado traslado a León tendrá que esperar porque hará unos dos meses sus hijas se resistieron a dejar Madrid, y tuvo que buscar otra residencia en la capital.

Zapatero no tiene intención, al menos durante un año, de tener más actividad pública que la asistencia a los plenos del Consejo de Estado, donde cobrará poco más de 70.000 euros al año, que sumará a la remuneración similar que percibirá como ex presidente. Quiere dedicar un tiempo a atender a una familia demasiado desatendida en estos siete años y nueve meses, según comentaron colaboradores cercanos al exjefe del Ejecutivo.

Ha recibido ofertas para ser consultor de varias empresas, pero ha declinado todas. Es posible, aventuran estas fuentes, que mantenga la colaboración con el proyecto de Alianza de las Civilizaciones, auspiciado por Naciones Unidas a partir de una idea suya y del primer ministro turco, Recep Tayik Erdogan.