CARTAS A LA DIRECTORA

Para no olvidar

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El viernes día 9 del presente nos ocurrió a mi esposa y a mí algo, que creo que no olvidaremos nunca por dos razones, la primera porque somos mayores; la segunda por la bellísima e insólita sorpresa del suceso que quedó grabado en nuestros corazones como a fuego.

Como cada viernes, si no existe causa que lo impida, salimos unas veces con los amigos, en ocasiones solos a cenar y pasar un rato o velada de conversación distendida que, rompe el que hacer rutinario y cotidiano para nuestra satisfacción. En esta ocasión íbamos mi mujer y yo solos. Entramos sin pensarlo previamente en un restaurante del centro del casco antiguo, al que solemos visitar con frecuencia moderada y en el que sus jóvenes y estupendos profesionales empleados nos atienden siempre de forma exquisita. Después y a continuación de los saludos de cortesía, el joven que nos atiende nos advierte de que esa noche celebraran el primer aniversario desde su apertura para si cenábamos allí instalarnos en un sitio donde pudiéramos disfrutar de un modesto, sencillo pero sentido y cálido espectáculo de cumpleaños.

La noticia nos cogió de sorpresa y de inmediato, preguntamos, en que consistía y quienes eran los actuantes. Se trataba de un conjunto de nombre, "Dos y dos son cinco" que interpretan canciones de tiempos pasados y presentes. No somos expertos en los "Cuarenta Principales", pero con ánimo de asistir a una agradable velada nos acomodamos donde con la amabilidad. de siempre nos indicaron.

A la hora de comenzar la función, algo pasada, después del afinado de rigor de los instrumento, los componentes del conjunto integrado por hombres jóvenes y de mediana edad en número no superior a seis, hicieron su presentación y acto seguido comenzaron su actuación. Temas de épocas pasadas y otros más actuales subrayaban las conductas humanas con sus aciertos y errores con una unidad de tal armonía, compas y melodía conjuntada que me hizo en ocasiones estremecer. Pero, en la tercera de las piezas que se disponían a interpretar, el , a m i parecer director del grupo, movió su silla disponiéndola de tal forma que al sentarse quedaba mirando a nuestras caras y dirigiéndose al auditorio y a nosotros dejó caer un breve prólogo de lo que interpretarían a continuación, que nos lo dedicaba a nosotros en particular, por considerar que éramos como un icono representante de la unión conyugal bien avenida en una dorada madurez y que su contemplación no le podía dejar pasar desapercibida. La letra de la pieza la recuerdo como entre nebulosas, su ritmo y melodía me llegó tan profundamente, que casi no pude contener unas lagrimas, durante y después de su interpretación. Nos emocionamos. ¡Gracias amigo Paco a ti y a todos los componente del grupo incluidas las respectivas señoras !. No creo poder olvidar un gesto tan hermoso y de tanta sorpresa, por todo ello os deseamos a todos ¡ S A S U T R A L I ! . Ya habrá oportunidad de que te entregue la clave del significado de esta palabra si me das la dirección a donde os la podamos enviar.