ESPAÑA

El tapado que no se destapa

Ni los supuestos candidatos dieron un paso adelante ni los líderes territoriales mostraron sus preferencias

MADRID. Actualizado: Guardar
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Fue una reunión del comité federal del PSOE a la antigua usanza. Nada de acabar a la hora de comer para salir a toda velocidad rumbo a casa. Los miembros del máximo órgano de dirección socialista se encerraron durante siete horas, de diez de la mañana a cinco de la tarde, en la sala Ramón Rubial de la sede de la calle Ferraz. Y para qué.

Si hay que medir los resultados en función de las decisiones tomadas, la maratoniana sesión sirvió para poco. Se aprobó celebrar el 38 Congreso Federal del 3 al 5 de febrero en Sevilla, cosa que ya se sabía, y se decidió rebajar el número de avales que se requieren para ser candidato a la secretaría general. Ahora es necesario reunir al menos la firma del 10%, y no del 15% como estaba previsto, de los miembros del comité federal. Es decir que con 25 rúbricas se puede aspirar a la sucesión de José Luis Rodríguez Zapatero.

Cierto es que no era el día para que los pretendientes de la secretaría general del PSOE dieran el paso adelante, el plazo empieza a correr a partir de ahora. Pero es que ninguno de los presuntos candidatos oficiales, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, insinuó sus intenciones. El primero intervino dos veces ante el cónclave socialista en tono de líder 'in pectore' mas no dijo nada de sus planes. La segunda no habló. Solo por medio de voces interpuestas anticipó que tendrá un papel «activo» en la carrera sucesoria.

De los tapados ni noticias. Ninguno se destapó. La 'tercera vía', que tantos y tan entusiastas apoyos tiene, fue una vía desierta. En los corrillos se picotearon muchos nombres, pero sin fuste. El diputado Eduardo Madina, el alcalde toledano Emiliano García-Page, el eurodiputado Juan Fernando López Aguilar, el expresidente extremeño Guillermo Fernández-Vara, fueron de los más mencionados pese a que alguno se hayan autodescartado y otros no han dicho ni esta boca es mía. Es lo que ocurre cuando se mezclan la incertidumbre sobre el futuro y los deseos de que aparezca el mirlo blanco. Solo el que mejor practica en el PSOE el doble lenguaje, José Bono, se atrevió a decir que el PSOE tiene que caminar hacia "la E de España", que también puede ser la E de Emiliano, su patrocinado.

Tabú

Entre los socialistas reina la más absoluta cautela, nadie se moja en público con el apoyo a uno o a otro. Ni siquiera al loado Rubalcaba, al que se agradeció con sincero entusiasmo el trabajo realizado, pero al que nadie pidió que diera un paso al frente y presentara sus credenciales. Los fogosos apoyos de las primeras horas para que fuera el nuevo secretario general desaparecieron como por ensalmo. Tampoco sus críticos destaparon sus preferencias por Chacón. Hablar de candidatos a la sucesión de Zapatero, que es lo que hacen los socialistas a todas horas, se ha convertido ahora en un tabú.

Aunque entre tantas medias tintas algo quedó claro. Los que, como el madrileño Tomás Gómez o los miembros de Izquierda Socialista, quieren un proceso más abierto para la elección del secretario general mediante el voto de todos los militantes sembraron en un pedregal y se van a quedar con las ganas. Los estatutos del PSOE establece que el líder del partido se elige mediante el voto de los 969 delegados que acudirán al congreso y así volverá a ser en Sevilla.