LA ESPERANZA COLECTIVA 20 2

San Fernando, dos etapas de Cortes y de Regencia

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La historia ha denominado como Cortes de Cádiz a la primera Cámara democrática española, pero la Isla de León juega un papel importante en aquella iniciativa histórica, en muchos casos desconocido. Sí es sabido es que las Cortes gaditanas se abren el 24 de septiembre de 1810 en el Teatro Cómico, propiedad de José Delgado Duarte, abogado de los Reales Consejos y vecino de la Isla, que lo cedió para ello. El teatro fue reconstruido sobre un antiguo Coliseo de Comedias y reinaugurado el 1 de abril de 1804. Pero antes de ser sede de las Cortes, la Isla de León era sede del primer Consejo de Regencia, que gobernaba el país desde el rincón gaditano. Ambos máximos organismos tuvieron su sede en esta villa hasta el 20 de febrero de 1811, en que se trasladan a Cádiz.

Haciendo cronología, la Suprema Junta Central Gubernativa, replegada conforme avanzaba el ejército francés, decide salir de Sevilla días antes de la llegada del mariscal Soult, el uno de febrero de 1810. Y, tras un viaje lleno de peripecias, sus miembros llegan a la Isla de León el 29 de enero, donde deciden disolverse y constituir un Consejo de Regencia, que gobierne España en nombre del rey y con tratamiento jurídico de Alteza. Días después, el 16 de febrero, se decreta el desalojo del Convento de Enseñanza de María, para destinarlo a sede del Consejo, con lo que se convierte en sede del Gobierno de la nación durante un año.

Así, el 31 de enero, queda constituido el primer Consejo de Regencia, con cinco miembros: el general Castaños, vencedor en Bailén; Miguel de Lardizábal, mexicano ex ministro de Indias; Antonio de Escaño, cartagenero, ministro de Marina; Francisco de Saavedra, abogado sevillano, ex secretario de Estado, y Pedro de Quevedo, obispo de Orense, nombrado presidente del Consejo. Meses después, el obispo, que había nacido en Villanueva del Fresno, se negó a jurar el decreto de las Cortes que obligaba a reconocer la soberanía de las mismas. Creó un cisma que no se aclaró hasta que se fue a Orense y se nombró una nueva regencia de tres miembros, tras una sesión de las Cortes de veinte horas, el 26 de octubre de 1810. Estos fueron: Joaquín Blake, general malagueño, Gabriel Císcar, matemático valenciano y el americano Pedro de Agar.

Los dos primeros no estaban en Cádiz y tuvieron suplentes. Del primero, Pedro de Palacio, que también se negó a jurar el decreto, por lo que fue sustituido por el marqués de Castelar hasta el 8 de diciembre que jura Blake. Del segundo, José María Puig hasta que jura Císcar el 4 de enero de 1811. Adaptado el Teatro para Cámara de Diputados por el ingeniero Antonio Prat, el 24 de septiembre de 1810 se inicia la legislatura, yendo los diputados, a las nueve al Ayuntamiento, en cuya sala capitular recibieron una conferencia preparatoria. De allí a la Iglesia Mayor de la Isla, donde el notario del Reino, Nicolás Sierra, tras el evangelio, pronunció por dos veces la fórmula a los ciento dos diputados, titulares y suplentes, que juraron de dos en dos sobre el libro sagrado. Tras la misa de Espíritu Santo, que ofició el cardenal Luis de Borbón, hijo del infante don Luis, pasaron al Teatro de las Cortes para la sesión inaugural.

Además del decreto de acatamiento a las Cortes, y el principio de soberanía nacional, los diputados aprueban en esta sede el primer decreto de libertad de imprenta del mundo, la división de poderes, la inmunidad de los diputados en su labor, y su traslado al oratorio San Felipe Neri de Cádiz el 20 de febrero de 1811.

En esos cinco meses de las Cortes en la Isla, y con la libertad de imprenta aprobada, surgen varios periódicos en la localidad, que se editan en la imprenta de Francisco de Paula Períu, y en la imprenta Real de la Marina, que dirigía Miguel Segura. Así,: 'El Robespierre Español' en sus once primeros números, 'El Telescopio Político', sus seis números, el americanista "La Triple Alianza", de Alzaíbar y Mejía, y 'El Político Imparcial'. En 1813, el bisemanal 'Los Amigos de Vallesteros' y el 'Correo político-económico de la península e islas adyacentes' de Lanuza.

Con la marcha de las Cortes a Cádiz, la Isla de León vuelva su actividad militar y defensiva, hasta el último trimestre de 1813. En agosto de ese año había habido elecciones para la segunda legislatura de las Cortes, y los 108 diputados electos juran su cargo el 25 de septiembre en Cádiz. Pero pocos días después deciden - alarmados por la fiebre amarilla, de la que mueren cientos de gaditanos y varios diputados- trasladarse a la Isla de León de nuevo, donde la epidemia no es tan virulenta, aunque murieron varios vecinos isleños cada día en ese otoño. En una votación deciden salir de Cádiz y en otra irse al convento de los Carmelitas Descalzos de la Isla en lugar de a la Cartuja jerezana.

Así, vuelven las Cortes españolas a la Isla de León el 14 de octubre de 1813 y celebran sesiones diarias -a veces, dos al día- en el citado convento hasta el 29 de noviembre, en que hubo dos sesiones, la última fue nocturna. En ese período se aprueban cuestiones ordinarias y la marcha al Madrid liberado, para reanudar las sesiones el 15 de enero de 1814.

Dos días antes, el 27 de noviembre, las Cortes dan el título de ciudad a la Isla de León, por su contribución a la causa y el cambio de nombre por San Fernando, por la onomástica del Rey Deseado. En las últimas sesiones las Cortes reciben a los miembros del Ayuntamiento y a los frailes carmelitas. Esta es la importante contribución de San Fernando a esta historia. La ciudad fue sede de las Cortes en esas dos etapas, cinco meses en la primera legislatura y mes y medio en la segunda. Y sede también de los máximos órganos de gobierno de la nación, como el Consejo de Regencia.