Ñoño cabalga con el balón en los pies, en un partido en el que marcó tres goles. :: ANTONIO VÁZQUEZ
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Una victoria para la reflexión

La grada supo premiar con una ovación a dos isleños: Ñoño, que se apuntó un 'hat trick' y Diego Miraut, que volvía a la que fue su casa El San Fernando termina una semana tensa con un triunfo ante la Peña Rociera

SAN FERNANDO. Actualizado: Guardar
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Tres puntos que ponen fin a un bache de resultados. Una victoria que puede ayudar para apaciguar los ánimos, muy caldeados en el San Fernando como consecuencia del desencuentro entre presidente y directiva provocado por el polémico cartel anunciador de la fiesta previa al partido ante la Peña Rociera en el que se veía al entrenador saliendo de una olla, con el lema 'Por un euro te comes el Menudo'. Era un partido que no quedaba otra que ganar, y por eso el equipo salió desde el principio a por todas.

De hecho, apenas se había cumplido un minuto de juego cuando Ocaña ya avisaba con un disparo con rosca desde dentro del área que se marchó por encima de la portería contraria. Ñoño, unos minutos después, se metía dentro del área pero no conseguía enfilar la portería porque le salía al paso un defensa que enviaba el balón a saque de esquina. El lanzamiento desde la izquierda acabó con un disparo de Rodiel que se fue desviado. La tuvo también Carlitos, con un lanzamiento que se fue besando el poste tras rozar en un contrario.

Pero pasaban los minutos y se veía a un equipo un poco frío, que manejaba la pelota y lo intentaba de todas las maneras posibles, pero que no terminaba de encontrar el acierto de cara a la portería defendida por Rivas. Hasta que apareció Ñoño para romper el partido, batiendo al cancerbero rociero por debajo de las piernas tras recibir un pase franco que lo dejaba completamente solo. Era el minuto 16 y el partido se ponía de cara para los isleños.

Era el momento para buscar ampliar la renta y encarrilar el partido, y el segundo pudo llegar a los 25 minutos, con un pase de la muerte de Eric que remató Pedro Carrión en el área pequeña y que se estrelló en el travesaño, cuando ya la grada cantaba el gol. Aunque las buenas noticias no tardarían en llegar, y Ñoño conseguiría el esperado segundo gol tras aprovechar un rechace de Rivas en el área pequeña a disparo de Sergio Beato, al que un gran pase de Ocaña lo había dejado en franca ventaja para rematar. Lástima que el jerezano se hiciera daño y tuviera que pedir el cambio, dejando su lugar a su paisano Polaco.

Pero el equipo no perdió en mordiente ofensiva, e incluso pudo llegar el tercero tras un disparo de Ocaña, primero, y en una doble ocasión a bocajarro de Polaco y Carrión, después, que Rivas sacó bajo palos. Aunque sí lo consiguió de nuevo Ñoño, que no falló ante el portero tras rematar un pase de Carrión tras una buena jugada a la contra. El tercero del isleño provocó el delirio de la grada, que coreó su nombre con ahínco, como también aplaudió, minutos después, al isleño Diego Miraut cuando se fue sustituido. El San Fernando se marchaba a los vestuarios con el parrtido más que cerrado, y ya solo quedaba una segunda parte para brillar y brindar una goleada a los aficionados.

Ñoño interpretó esta lectura a la perfección, porque nada más salir al campo tuvo una oportunidad franca de conseguir el cuarto, pero su disparo se estrelló en el cuerpo del guardameta. Y poco después se la brindó a Carrión, que ayer tampoco estaba teniendo su tarde. Por contra, un disparo flojo y desviado de Iván Pérez a los 58 minutos fue lo más peligroso que se le vio al conjunto nazareno hasta el momento. Aunque, especialmente Ñoño, tuvo algunos acercamientos a la meta de la Rociera, lo cierto es que el partido entró en una lógica fase falta de intensidad.

Final con tangana absurda

En vista de que los sevillanos no mordían, el San Fernando se animaba a buscar más goles y Pedro Carrión pudo reconciliarse con el gol antes de marcharse sustituido al hacer el cuarto, aunque fuera un poco de rebote. Pese a que el resultado estaba siendo inmejorable, las malas noticias no cesaron para el San Fernando, que se tuvo que quedar con diez por la lesión de Carlitos, que se sumaba a la que anteriormente había sufrido Beato. Para colmo, los hispalenses acortaron distancias con un gol del central Rubén tras un nuevo despiste de la defensa isleña, que un nuevo partido más tampoco pudo dejar su portería a cero. Incluso consiguió el segundo el conjunto visitante aunque el gol fue anulado por fuera de juego. La impotencia de los sevillanos se tradujo en una mala patada de Fran Ruiz a Rodiel que provocó una tangana y una ristra de tarjetas a todos los implicados.

Pudo llegar el quinto en el descuento tras una cabalgada de Ñoño, pero su centro lo cabeceó Chapi a las manos de Rivas. El propio isleño, en la siguiente jugada, disfrutó de otro mano a mano pero su disparó lo estrelló en el portero. Poco más se vio hasta el final, y el San Fernando pudo acabar con final feliz una semana complicada y de tensión por los rifi rafes en la directiva.