ESPAÑA

«Aquí se viene llorada de casa»

Felipe González y Alfonso Guerra se subirán juntos a un escenario en un gesto inédito de apoyo al candidato Rubalcaba cambia el apoyo de la 'ceja' por un desiderativo 'ojalá'

MADRID. Actualizado: Guardar
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Del 'Defender la alegría' que un grupo de artistas regaló a José Luis Rodríguez Zapatero para su campaña de 2008 al mucho más melancólico 'Ojalá' que personalidades de eso que se denomina ampliamente el 'mundo de la cultura' entonaron ayer para Alfredo Pérez Rubalcaba. Solo el título de las canciones ya da una idea de lo mucho que han cambiado las cosas para el PSOE en los últimos cuatro años y del ánimo con el que el candidato socialista puede afrontar la campaña que arranca hoy. Con todo, le queda su mantra: «La única batalla perdida es la que no se da».

La sala Galileo-Galilei de Madrid, un lugar conocidísimo de la noche madrileña, fue el escenario elegido para la presentación de la plataforma de apoyo a Rubalcaba. Nada que ver con la que formaron aquellos cantantes y actores que se llevaban un dedo a la ceja como gesto de complicidad con el hoy impopular presidente del Gobierno. Ni Joan Manuel Serrat ni Víctor Manuel y Ana Belén ni Miguel Bosé y Sole Giménez ni María Barranco, ni Fran Perea... El perfil es otro, dicen en el entorno del candidato, más «intelectual» y «académico», o sea, menos farandulero.

El discurso, en cambio, no sería muy opuesto, si no fuera por el tono manifiestamente pesimista de algunos de sus componentes. Como la periodista Rosa María Mateo, una de las encargadas de la presentación del acto. «Pensé: 'voy a traer unos 'kleenex', no solo por las encuestas sino por todo, por Grecia, por la economía, por los parados... -confesó- pero me dijeron: 'aquí se viene llorada'».

Un espíritu similar impregna desde hace semanas las reuniones de trabajo del candidato y su equipo electoral. Él mismo ha contado alguna vez que la directora de su campaña, Elena Valenciano, suele decir que, ya que la situación es la que es, al menos hay que hacer lo posible por afrontarla con buen humor. Y algo así hicieron los de 'Ojalá que suceda', que en ausencia de Rubalcaba, se hincharon a llamarle «sexy» y «estupendo».

El aspirante socialista a la presidencia del Gobierno no hizo acto de presencia. Tampoco estaba previsto, pero muchos esperaban la sorpresa. Rubalcaba es poco amigo de los eventos en los que le doran la píldora y se confiesa incómodo con los achuchones y las efusividades.Incluso lleva mal los gritos de los espontáneos en los mítines -le llaman «guapo» y le dicen «eres el mejor»-. Afirma que le desconcentran y pierde el hilo conductor del discurso.

«Habla de corrido»

El caso es que no fue y no oyó a Federico Mayor Zaragoza ni a la filosofa Amelia Valcárcel ni al cineasta Agustín Díaz Yanes, su amigo personal, explicar por qué creen que hay que votarle. Algunos hicieron disertaciones elaboradas, otros, como el propio Díaz Yanes fueron a la brocha gorda: «Porque ha metido los toros en el Ministerio de Cultura; porque habla muy bien de corrido, que hoy es algo extraordinario, y porque explica muy bien las cuestiones complicadas». Tampoco oyó a Alejo Stível interpretar su versión del 'Ojalá' del cubano Silvio Rodríguez, un tema que acompañará a Rubalcaba durante toda la campaña.

El candidato celebra su primer gran acto, quizá el mayor de los previstos hasta el 20 de noviembre, este sábado en la localidad sevillana de Dos Hermanas. Es la primera vez en muchos años -algunos apuntan que desde hace 15 años- que podrá verse a Felipe González y Alfonso Guerra, cabeza de lista por esa provincia, en un mismo escenario. Desde su histórica ruptura el expresidente y el exvicepresidente no habían unido sus voces a favor de un mismo candidato. Lo que también habla de lo excepcional de la situación.

Felipe González participará con Rubalcaba en tres actos en los próximos 15 días. Estará también en Valencia y en Zaragoza. En la dirección socialista creen que la capacidad de movilización del expresidente del Gobierno es en estos momentos superior a la de cualquier dirigente actual. Ni que decir tiene que mucho más que Zapatero.

El jefe del Ejecutivo solo aparecerá junto al candidato en Málaga. Y, al margen, será protagonista de cuatro actos más en solitario.