Ciudadanos

Condenado a 15 años de prisión por violar a la hija menor de su expareja

Según la sentencia, el hombre, vecino de El Puerto, sometió a la niña a agresiones sexuales desde los 11 a los 16 años

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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La Audiencia Provincial de Cádiz ha condenado a un vecino de El Puerto (A. J. F. B, de 47 años) a 15 años de prisión por violar supuestamente a la hija de su pareja durante cuatro años, desde que la menor tenía 12 hasta que cumplió los 16.

Durante ese tiempo, según la sentencia dictada por la Sección Tercera del tribunal provincial, el hombre sometió a la adolescente a un auténtico infierno de abusos, amenazas de muerte, golpes y a «un férreo marcaje existencial» que ha causado en la víctima (ahora con 19 años) un «trastorno por estrés postraumático crónico, ansiedad y angustia generalizada». A pesar de todo esto, la Audiencia ha absuelto a A. J. F. B del delito de malos tratos que la Fiscalía también le acusaba, y por el que pedía tres años más de pena.

Aunque el tribunal no se atreve a marcar una fecha concreta de inicio de los abusos, calcula que empezaron en torno al 2004, cuando la niña aún no había cumplido los 12 años. En aquella época, el acusado llevaba más de un año viviendo en casa de la menor y ejercía con ella y los hermanos las labores de padre.

Cuando la madre empezó a negarse a mantener relaciones sexuales con A. J. F. B, debido a la adicción a las drogas que él sufría, éste empezó a forzar a la niña a mantener sexo con él, según la sentencia, que relata (aunque sin especificar una fecha) que la primera vez que abusó de ella, el hombre armado con un cuchillo, le amenazó con que si contaba lo sucedido «mataría a toda su familia».

Gritos ahogados

Las amenazas y las violaciones continuaron durante años, según el tribunal, que recuerda en la sentencia que A. J. F. B. llegaba a colocar cojines en la cara de la adolescente para que no gritara. Si la niña se resistía a los abusos, el hombre (30 años mayor que ella) no dudaba en golpearle, para someterla, siempre según el tribunal, que apunta que el condenado prohibía a la menor salir con los amigos si no mantenía relaciones sexuales con él. No todo se limitaba a toqueteos, según la sentencia, que recoge cómo el condenado controlaba los actos de la adolescente, hasta el punto de ordenar a un hermano pequeño a que la espiara y le contara con quién estaba, o que él mismo acudiera supuestamente a los lugares que frecuentaba. Finalmente, en 2008, cuando cumplió los 16 años, la menor decidió romper su silencio. Estaba aterrada porque tenía que quedarse durante una temporada a solas en casa con su padrastro, ya que un hermano había sido hospitalizado y la madre tenía que ausentarse. El juicio por los hechos, sin embargo, tardó en celebrarse tres años más, hasta comienzos de este mes.

Durante la vista, la defensa de A. J. F. B. pidió la absolución, pues alegó que la niña mentía: según argumentó, había dado al menos tres versiones distintas desde que denunció hasta ahora. Sin embargo, la Sala Tercera considera que el testimonio es «claro, rico en matices», y constante. Es más, valora que la menor admita «equívocos en su relato», propios de una estado emocional de «muy difícil, por no decir imposible, simulación». La sentencia será recurrida por la defensa.