EL RAYO VERDE

APOSTAR POR LA ESCUELA

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El inicio de curso escolar llega este año en medio de un profundo debate animado por las inminentes elecciones generales. Es de celebrar que los partidos políticos centren su atención en la importancia de la educación para el presente y para el futuro, sobre todo en un contexto de crisis económica que no hace si no agravarse, pero esta agitación debería servir para algo más que para arañar votos. Si hay algo cien por cien político eso es la educación, sobre la que se sustenta el futuro de un país, pero hace falta que la preocupación dure algo más que el tiempo de la campaña y tenga más calado que una declaración electoralista, incluso es preciso, tanto como utópico, por desgracia, que se consolide un consenso básico entre las principales fuerzas, un Pacto por la Educación que centre los objetivos, evite los constantes vaivenes legislativos y coloque la enseñanza en lo más alto del prestigio social.

También empieza el curso con la sombra de la crisis planeando sobre los recursos. Recortar o no recortar, he ahí el dilema. Las improcedentes declaraciones de Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, y su plan de ampliar el horario a los profesores y disminuir plantillas han dado el pretexto perfecto al PSOE para levantar la bandera de la educación y proclamar que en Andalucía no sólo no hay menos recursos, sino que se aumenta en 200 el número de enseñantes. Aunque objetivamente sea así, la cifra, en la práctica, no es para tanto. Por lo que se refiere a la provincia de Cádiz, 27 maestros más, que es lo que nos toca, no son como para presumir, ya que el año pasado aumentaron en 181, pero sobre todo porque el número de alumnos que se incorporan a las aulas ha crecido respecto a 2010. Sin embargo, es de justicia destacar el esfuerzo para mantener programas de gran interés social, como el transporte escolar o el refuerzo y apoyo el zonas deprimidas, líneas de trabajo poco visibles o lucidas pero mucho más necesarias, desde luego, que pizarras electrónicas u otros 'gadgets.

Pero si en toda España la apuesta por la educación es imprescindible, ya que no hemos dejado de ser un país atrasado y ahora que ha pasado la burbuja resulta dramático comprobarlo, en Cádiz lo es mucho más: con una tasa de fracaso escolar espeluznante, del 38%, se impone la prioridad absoluta y las políticas coordinadas, transversales, para conseguir bajar el dato. Aunque el informe oficial indica que en toda la región ha mejorado la cifra tanto de fracaso como de abandono temprano, sigue siendo muy alta, intolerable. Nuestro atraso secular tiene mucho que ver con esta lacra.

Con todo, el debate de estos días si ha servido para algo ha sido para poner de manifiesto la importancia crucial de los profesores, la necesidad de ampararlos y estimularlos, reconocer su esfuerzo y pagarles como merecen. En ellos descansa la educación académica pero también buena parte de la formación humana de nuestros hijos. Suerte a los 17.761 docentes gaditanos y ánimo para hacer mejores a los 278.071 alumnos que llenarán sus aulas. Tienen tela de trabajo.