ESPAÑA

Unas medidas urgentes que no satisfacen a casi nadie

La banca es la principal beneficiaria, mientras la vivienda usada tendrá que rebajar su precio para competir

MADRID. Actualizado: Guardar
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Las últimas medidas adoptadas por el Gobierno han cosechado más críticas que aprobaciones. Entre las censuras destaca el rechazo de las organizaciones empresariales, que trasladan el malestar de las 3.900 compañías que han de adelantar entre 59.000 y 255.000 euros de impuestos.

La rebaja del IVA por la compra de vivienda nueva, satisfactoria para los potenciales compradores, favorece en primer lugar a los bancos, que tienen en sus carteras miles de inmuebles a los que necesitan dar salida. Pero los particulares que intentan sin éxito vender un piso tropiezan con un obstáculo añadido y tendrán que rebajar su precio si quieren competir en el mercado. La rebaja fiscal no afecta a las transacciones de viviendas de segunda mano, a las que se aplica el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales. Son las comunidades las que tienen capacidad de decidir sobre este tributo.

El adelanto del Impuesto de Sociedades no supone un aumento del pago, reconocen fuentes empresariales, pero recorta el dinero de que disponen para hacer frente a esas necesidades cotidianas que van desde el pago de las nóminas al abono de los recibos por servicios o el suministro de proveedores. La tesorería de las sociedades, por tanto, se resentirá de una carga adicional no prevista.

La propuesta más novedosa, la reducción del IVA por la compra de casa nueva desde el 8% hasta el 4%, ha sido criticada por los expertos por la incertidumbre que siempre suscitan los cambios fiscales para un corto periodo de tiempo. El tipo de IVA aplicado a la vivienda nueva pasó el 1 de julio del 7% al 8%, y ahora se decide un régimen excepcional a aplicar durante cuatro meses.

El objetivo que se ha propuesto el Gobierno con esta medida es, según reconoció la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, que las entidades financieras puedan vender en los últimos cuatro meses del año muchos inmuebles que ahora se encuentran en su poder, por un valor estimado de 20.000 millones, según cuentas del propio sector, porque los promotores no pudieron hacer frente a la financiación que en su día les concedieron.

Si bancos y cajas logran dar salida a los pisos que acumulan, admitió Salgado, sus balances se verán liberados de esta carga, y podrán abrir el grifo del crédito que ahora tienen casi cerrado para las empresas y las familias. También se recuperará, aunque con una dimensión menor, el papel que en la generación del PIB desempeña la construcción. No lo tiene tan claro la federación de la construcción de CC OO, para quien la banca es el único beneficiario. «Que se vendan ahora 50.000 viviendas no va a mover a las constructoras a volver a construir», asegura su secretario general, Fernando Serrano.

¿Se limitarán las propuestas del Gobierno a las medidas ya aprobadas en Consejo de Ministros? Los sindicatos han propuesto recuperar el Impuesto de Patrimonio. Los estudios están en marcha y bastaría regularlo por decreto ley, ya que la figura no ha desaparecido en el territorio fiscal común y solo se aplica un tipo cero. Pero resta saber si hay voluntad política para ello.