Liberar el edificio para entregárselo a la Diputación Provincial

Aunque se ha dado el primer paso para desalojar del edificio a sus actuales ocupantes, o recuperadores, no parece que vaya a ser fácil dejarlo vacío. No solo habrá que eludir la resistencia de los jóvenes que han hecho suyo Valcárcel, sino que habrá que analizar las posibilidades legales de hacerlo en el menor tiempo posible. Cuando el desalojo sea una realidad llegará el momento de pasar la patata caliente a la Diputación Provincial, que volverá a tener las llaves de Valcárcel en cuanto Zaragoza Urbana haga efectiva la ruptura del contrato que la unía con la administración y le devuelva la propiedad. No lo tendrá fácil el equipo de Gobierno del Partido Popular para darle uso a un edificio que requiere de una gran inversión privada. Los responsables de la institución pública tendrán que estudiar la situación del inmueble, realizar las obras de seguridad en la fachada que en repetidas veces le ha exigido el Ayuntamiento de Cádiz (también del PP) y encontrar empresas interesadas en convertir el antiguo hospicio en hotel o realizar allí otro proyecto. De momento, se ha dado un paso para devolver la propiedad a la Diputación, que podría haber llegado a algún acuerdo con Zaragoza Urbana para compensarle por no dar por perdido el edificio.