Trabajadores del café 'La bonne Galette' de Rabat bailan bajo una pancarta de apoyo al 'sí' en el referéndum de hoy. :: ABDELJALIL BOUNHAR / AP
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Marruecos vota otra Constitución del rey

La gestión de las reformas llevadas a cabo por Mohamed VI augura un abrumador triunfo del 'sí' en el referéndum de hoy

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Hace apenas dos semanas, el rey Mohamed VI aseguraba que votaría 'sí' a la polémica reforma constitucional que será sometida hoy a referéndum en Marruecos. Con una campaña que comienza con el Comendador de los Creyentes animando a apoyar una serie de enmiendas que recortarán los poderes políticos del monarca, pocas incógnitas puede deparar la jornada de hoy, a pesar del boicot al que llaman los manifestantes que piden una mayor democracia en el país magrebí.

Más de 13 millones de marroquíes -era necesario registrarse con anterioridad y muchos no lo han hecho- están convocados hoy a las urnas. Lo hacen tras una campaña que ha puesto en marcha toda la maquinaria estatal para apoyar el 'sí', y que ha demostrado igualmente la falta de organización entre la oposición crítica que no apoya las enmiendas porque las considera «insuficientes».

La reforma en la que Mohamed VI deja de ser «sagrado» para ser «inviolable» se ha tramitado por la vía de urgencia y a través de una comisión constituyente designada directamente por el rey, en lugar de por una asamblea elegida democráticamente, una de las principales denuncias de los críticos. En plena 'primavera árabe', con la revolución tocando a las puertas del reino cada domingo desde el 20 de febrero, la necesidad -y sobre todo, la premura- de mostrar una voluntad de cambio era evidente. El soberano ha sabido capear el temporal y aprovechar la pasividad y el vasallaje de los principales partidos políticos marroquíes para ponerse a la cabeza del cambio y proponer reformas más avanzadas de las que nunca han solicitado las formaciones políticas.

Manifestación el domingo

Estas enmiendas, sin embargo, son pura cosmética y carecen de profundidad, aseguran analistas críticos, asociaciones de derechos humanos como la AMDH y los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero, que iniciaron la oleada de protesta en Marruecos al calor de las revoluciones de Túnez y Egipto. «¿Qué novedades reales tiene una Constitución donde no se profundiza en la separación de poderes?», se pregunta, en una entrevista telefónica, la joven activista Selma Maaruf, quien asegura que el próximo domingo el movimiento mantiene la convocatoria de manifestación en las principales ciudades marroquíes, en previsión de la victoria del 'sí'.

Y no van desencaminados los activistas. Los principales partidos políticos marroquíes, todos a favor de las enmiendas, han recibido del régimen 889 millones de euros para hacer campaña, según desvelaba el diario 'Assabah'. El acceso a los medios de comunicación públicos ha estado reservado, además, a aquellos que defienden posiciones favorables a la reforma, aseguró a Efe la 'Coalición por una Monarquía Parlamentaria Ahora'.

Pese a las críticas, «no será la Constitución por sí misma la que cambie la vida política marroquí», sino que depende de lo que hagan después los partidos y los ciudadanos, advierte el catedrático de Ciencias Políticas Mohamed Tozy, que ha participado en la comisión encargada de reformar la Carta Magna.

La futura Ley Fundamental «sienta las bases para una nueva vida política, en la que los ciudadanos pueden asumir la responsabilidad de involucrarse en la vida pública, ya que tendrán una relación con el poder un poco más equilibrada», explica a este diario por teléfono desde Rabat. La del 20 de febrero fue la primera gran manifestación cívica que osó pedir reformas políticas en Marruecos, entre ellas la redacción de una nueva Constitución y la transformación del país en una monarquía parlamentaria. Apenas 15 días después, el 9 de marzo, el rey Mohamed VI anunciaba por sorpresa las líneas generales para una reforma constitucional.

Los partidos políticos no recibieron el texto definitivo de las enmiendas hasta el día antes de que el soberano las presentara oficialmente, el pasado 17 de junio. Los debates en el seno de la comisión constituyente fueron, sin embargo, «abundantes e incluso, en ocasiones, dieron lugar a fuertes discusiones», asegura Tozy.

Según la Constitución que se votará hoy, Mohamed VI mantiene el control del Ejército y los asuntos religiosos, pero otorga más poder al primer ministro, que pasa a llamarse presidente, y al Parlamento en detrimento del suyo propio.