Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia saludan a sus seguidores tras conocer los resultados electorales. :: PAOLO AGUILAR / EFE
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La venda antes que la herida

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Todavía hay quien dice que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. Aunque a juzgar por los ejemplos de varias políticas del continente americano habría que pensar en modificar la frase. Desde Eva Perón hasta Cristina Fernández de Kirchner, pasando por Marta Sahagún de Fox y unas cuantas más. Nadine Heredia, esposa de Ollanta Humala y futura primera dama de Perú, es la última pareja de un mandatario con un currículum tan brillante o más que el de su marido y con tanta influencia como para merecer grandes titulares y nuevas leyes para cortar su paso al poder mucho antes de que haya expresado esa ambición.

Con 35 años cumplidos el 25 de mayo, la madre de los tres hijos del próximo presidente peruano lleva años haciendo política. Es cofundadora del Partido Nacionalista (2005), que cuestiona el modelo económico neoliberal implantado por Fujimori y la política tradicional. Esta formación encabezó la alianza de partidos de izquierda Gana Perú que llevó a Humala a la presidencia. Es esposa, amante, amiga y principal asesora de su marido, pero si le inquieren sobre quién lleva los pantalones aclara: «Dentro de la casa, si me preguntas quién dice cuándo se bañan las niñas, qué cosa se cocina, yo lo decido, por supuesto, pero dentro del partido es Ollanta el que define las cosas».

Sin embargo, esta comunicadora social y doctora en Ciencias Políticas que estudió en Perú y París es, en opinión de Wikileaks, «el cerebro político radical detrás de Humala». Superó una denuncia que la acusaba de recibir financiación encubierta de Venezuela, porque durante la campaña electoral de 2006 Nadine cobraba 4.000 dólares mensuales (2,780 euros) de un periódico oficialista. El caso llegó ante la Justicia. Aunque no prosperó, su marido no se ha podido quitar de encima el sambenito de chavista.

Sus allegados se sorprendieron cuando la inquieta Nadine se casó con apenas 20 años con un militar fogueado en la guerra con Ecuador. Le atribuyen el giro a la izquierda del nacionalista pero también su nueva imagen más conservadora y sonriente. Ella nunca ha negado que «la preocupación social siempre estuvo presente en mí desde muy niña».

Varios analistas coinciden en que «la pareja es un binomio». Algunos hasta la ven como mejor candidata que su marido. Ha mantenido una destacada presencia en entrevistas o en las redes sociales, con frases célebres como: «¡Qué van a criticar del plan de gobierno fujimorista si no tienen ninguno! Ah, perdón, sí: indultar al corrupto más grande de Perú», en referencia al expresidente Alberto Fujimori.

Sin cargos

El futuro mandatario dijo recientemente que ella no tendrá cargos en su Gabinete. Sin embargo, el gubernamental Apra no las tiene todas consigo. Prefiere poner la venda antes de que se abra la herida. Dado que en Perú está prohibida la reelección consecutiva, los apristas temen que Humala pretenda continuar la hegemonía nacionalista en 2016 a través de Nadine Heredia o de su hermano Antauro, condenado a 25 años por instigar una rebelión policial en la que murieron cuatro agentes y dos rebeldes.

Por eso, el diputado Jorge del Castillo intenta modificar la Constitución. «Esto no es contra una persona. Es en defensa de la institucionalidad, de los partidos políticos. Y segundo, para evitar que el presidente de la República gaste recursos públicos para su propio beneficio en la campaña electoral, puesto que una sociedad conyugal es lo mismo que uno».

La próxima primera dama ha dicho que «no se me había pasado por la cabeza» ser esposa de un presidente y promete «hacerle recordar siempre la problemática tanto de la mujer como de la familia, por algo estoy más o menos al lado de él». Con fama de tener mal genio y de ser hipersensible, la ley no podrá evitar que, con cartera de ministra o no, Nadine Heredia concentre mucho poder. Quizá demasiado.