Sharápova regresa al primer nivel tras sus dolencias de hombro. :: PATRICK KOVARIK/ AFP
Sociedad

Sharápova, vuelve la gata

La pegada es su gran arma y su mayor inconveniente. La espectacular tenista casi ha pasado tres años en el dique seco por el hombro

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María Sharápova (Nyagan, Siberia, 1987) sabe bien por lo que han pasado sus eternas rivales, las hermanas Williams. Esta tenista crecida en Bielorrusia, y salvada de la nube nuclear de Chernóbil por el sentido anticipativo y práctico de sus padres, ha vuelto a incrustarse en la élite del tenis tras penar casi tres años a consecuencia de las lesiones. Ha regresado y se ha impuesto ya en un torneo, el de Roma, anunciando a las claras su deseo de volver a empuñar el cetro mundial. En la capital italiana derrotó nada menos que a la danesa Caroline Wozniacki, aupada al número 1 mundial tras las ausencias forzadas por las lesiones de la vieja guardia de la raqueta.

Tras acceder a las semifinales en Roland Garros, Sharápova ocupa, a tres días de iniciarse la batalla sobre hierba de Wimbledon, el sexto puesto en el ránking mundial, un listado del que ha estado casi desaparecida durante muchos meses.

Su talón de Aquiles está arriba, en el hombro derecho, castigado por tendinitis de repetición y sobrecargas recurrentes producto de su tenis físico, abrumador para las rivales... Algo parecido a lo que le sucedía a Rafa Nadal con sus rodillas antes de ponerse en manos del doctor Mikel Sánchez, en Vitoria. «Todos los días entreno este hombro de forma específica», ha asegurado la poseedora del golpe plano más potente del circuito femenino, una auténtica pegadora escondida en un cuerpo de pasarela.

Modelo y millonaria

Amparada en ese físico espectacular (del que saca también partido como modelo publicitario), la bella María Yúrievna Sharápova ha ingresado unos 9 millones de euros en premios a lo largo de su carrera. No obstante, sus tres títulos de Grand Slam (Wimbledon 2004 frente a Serena Williams, el Open USA de 2006, donde doblegó a Justine Henin y el Open de Australia de 2008 conquistado ante Ana Ivanovic) le han otorgado una imagen internacional que Nike se encarga de explotar mediante un contrato publicitario por valor de 16,8 millones de euros. Sharápova es la única mujer que se cuela entre los 50 deportistas mejor pagados que confecciona Forbes.

Desde 2007, la tenista del gritito felino en el saque (una seña de identidad tan característica como el modo de botar la bola antes de servir) es Embajadora de Buena Voluntad de Naciones Unidas para el Desarrollo y dedica buena parte de su tiempo libre a acciones solidarias. Amante de la moda y del diseño, María está prometida con el jugador esloveno de baloncesto Sasha Vujacic.

Una de sus habilidades menos conocidas tiene que ver con su afición por la cocina, actividad a la que se dedicó de lleno durante el largo parón provocado por las lesiones. En una ocasión, y tras comer en The Bazaar, el restaurante que regenta en Los Ángeles el cocinero español José Andrés (distinguido el mes pasado como mejor chef de Estados Unidos por la Fundación James Beard), la pegadora rubia corrió a solicitarle una dedicatoria. «Ella me dijo que soy la única persona a la que le ha pedido un autógrafo en su vida», presume el cocinero asturiano.

Dicen que una de las especialidades de Sharápova es el gazpacho. Aunque, viendo la potencia de su brazo derecho, hay que imaginársela batiendo una buena mahonesa casera o montando claras.